Durante el
proceso de caída del dictador se pusieron en evidencia algunas limitaciones que
el mismo construyó, que encandilado por el poder y su ego sobrealimentado no
tuvo la capacidad de ver.
Voy a
exponer algunas situaciones que son producto de trascendidos, rumores, chismes
y especulaciones. Advierto esto pues no acostumbro mencionar nada que no pueda
ser corroborado y demostrado. El tono especulativo de esta nota me da la
licencia para “meterle nomas”.
Hacia fines
de octubre, cuando la crisis estaba en franco crecimiento, ocurrió en reunión
de gabinete que el ministro Quintana, amenazó, revolver en mano, al ministro
Canelas. No sé cuál fue la causa del incidente. Un par de meses después
encontramos alguna situación oscura en la relación entre el partido pro
comunista español Podemos (Canelas) y un misterioso intento de operativo en la
embajada de México para rescatar (¿?) a Quintana. Imposición? Obligación?
Pedido de auxilio? Amenaza? Muchas interrogantes y pocas posibilidades de conocer
la verdad.
Uno o dos
días antes de la renuncia, ocurrió otro incidente. No está claro quien dio y
quien recibió. El Gral. Kaliman y Evo Morales en fuerte discusión. Alguno llegó
a gritar “cobarde” al otro y hasta tirar un sopapo.
Desde el 20
de octubre, fecha de elecciones, fueron cada vez menos los ministros que
ofrecían declaraciones a la prensa. Incluso los famosos verborreicos de antes
se quedaron misteriosamente callados y con el perfil más bajo posible.
Estaba claro
que el rey se quedaba solo. No podía contar con sus inmediatos colaboradores.
No es ningún misterio que el común denominador de estos personajes es su
bajísima solvencia moral, así que la lealtad no podía ser una virtud que
destaque.
La policía
fue desarmada por temor a un motín, que era una posibilidad rumoreada en voz
alta durante varios días.
Las fuerzas
armadas no movían un dedo si no tenían la orden escrita y firmada (el decreto
que mucho después promulgó la presidenta Añez, y que luego fue derogado). El
gabinete de Morales no estaba dispuesto a firmar ese decreto.
El alto
mando militar tiene en cuenta que después de lo sucedido en 2003, hay varios
jefes encarcelados por haber obedecido órdenes sin respaldo escrito. Carlos
Mesa emitió, precisamente por estos antecedentes, la legislación que exige que
las órdenes en este ámbito se den por escrito y existan responsables en el
poder ejecutivo.
Ante esta
complicada situación, Morales solo consiguió movilizar algunos sectores sobre
los cuales él tenía control directo, cocaleros, algunos mineros, y unos pocos
movimientos urbanos en Cochabamba y El Alto.
Hoy lamenta
no haber tenido la previsión de un Plan B. Mantiene la versión del golpe de
estado cívico, policial, militar. Sostiene que el actual gobierno es ilegítimo,
y tilda de golpistas a Mesa, Camacho y Añez.
Mesa nunca
logró ser un verdadero actor, ni en el proceso electoral, ni en el posterior
proceso de rebelión ciudadana. No tuvo en ningún momento el poder de movilizar,
y menos aún de desmovilizar a la ciudadanía.
Camacho fue
quien asumió el liderazgo de la movilización, pero evidentemente no buscaba
consolidar un golpe y menos ser quien
asuma la presidencia. Tiene alguna participación en el actual gobierno
transitorio, porque se construyó muy rápidamente un aparato que tome las riendas
del país, y evidentemente hubo fuerzas políticas que eran las llamadas a este
reto.
Añez, contra
muchas voces que aseguran que nadie la eligió y fue autoproclamada, era
Senadora (si fue electa), era 2da. Vicepresidenta de la Cámara de Senadores y
asumió la presidencia de manera automática por la renuncia inexplicable de
Salvatierra y Medinacelli. En esa situación, que no la provocó nadie más que la
ley y la constitución, tenía que asumir la Presidencia del estado (no fue
autoproclamación).
Imagino días
y noches de reflexión, latigazo, enfado y frustración. El cocalero, sometido a
mucha presión por los cárteles, por el foro de Sao Paulo, y por su propio
síndrome de abstinencia, busca, con la mirada perdida, explicaciones a todo lo
que pasó.
Es lógico
concluir que “si vuelve”, tendrá un Plan B para no tener que depender de la
chusma traidora de su entorno, y milicias armadas, para no rogarle a los pacos
ni a los milicos.
Hector
Castro G. * 14 Enero 2020
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