Lo sucedido en Guarayos el día de ayer debe ser considerado en su verdadera magnitud. No puede ser soslayado desde ningún punto de vista. Ni desde la visión de cualquier boliviano de a pie, masista, pitita o cualquier otra forma de pensar, ni desde la visión de cualquier político, opositor, de derecha o izquierda, ni desde ninguna óptica cívica, regional o de cualquier índole.
Obviamente
no pretendo incluir en esta reflexión a la cúpula y los funcionarios masistas,
pues lo que ocurre es parte de lo que tienen trazado como plan de acción en su
estrategia de secuestro y control absoluto del país. No exagero. Mientras el
presidente juega un rol absolutamente estéril y asintomático, tratando de
seguir una línea romántica socialista, y talvez de buena fe, no logra entender
el sentido y la esencia de la primera magistratura del estado. No está entre
sus recursos mentales ni en su imaginario, pues es un burócrata, formado como
burócrata, acostumbrado a ser burócrata, sin ninguna vocación de liderazgo, ni
alguna conciencia de sus propias limitaciones. Es un burócrata “exitoso”, y no
tiene ninguna duda al respecto. Ahora él es “jefe”. Ha llegado a la cúspide de
su carrera, y la terminará mal por que es prisionero de la política, del crimen
organizado y de todo eso que no entiende ni entenderá jamás. El sigue pensando
de 8 a 12 y de 2 a 6.
Por debajo
están todos los designados y los electos. Ministros, viceministros, directores,
etc. y los asambleístas en todos los niveles. Sin excepción están ahí por
designación de algún jerarca, por la cuota otorgada a algún sector clientelar o
por imposición de alguna de las facciones del proyecto criminal transnacional.
Ninguno por mérito, capacidad o preparación para el cargo.
Esto explica
sin dificultad la ineficacia o incapacidad que demuestran día a día en su gestión
del estado, y en su obsecuencia tratando de imponer una agenda que es muy
distante de la necesidad y las demandas de los bolivianos.
Leyes que
buscan el control absoluto, que permitirán regular la acción de cualquier
opositor o de cualquier librepensante. Políticas que concentran recursos, y por
tanto el poder, en el núcleo de Plaza Murillo, dejando inermes a todos los espacios
autonómicos, que podrían ser el embrión de cualquier voz de respuesta o de
protesta. Cooptación de la justicia, de fiscales y jueces, del registro de
comercio, de derechos reales, de la Policía Boliviana y de las Fuerzas Armadas.
Todas medidas que son parte del “manual práctico del dictador”. Quien pretenda
desconocerlo simplemente tiene esa voluntad. Ya es muy difícil no ver las cosas
claramente.
Muchos
buscan culpas y responsabilidades en la “derecha” y los “neoliberales”, lo que
es muy explicable. El aparato de propaganda es y hace mucho ha sido muy fuerte.
Le han dedicado ingentes cantidades de dinero y han hecho un enorme trabajo,
silencioso pero efectivo. Manejan desde un escritorio la forma de pensar de la
gente, sin permitir que esa misma gente se dé cuenta de esto. Parece ficción? Parece
otra teoría de conspiración? Pues no. Es la realidad, dura y difícil de
entender, pero es cuestión de mirar con atención y cualquiera encontrará que es
terriblemente cierto.
Tú, que
formaste parte de los 21 días, que te sentiste “decepcionado y defraudado” por
Jeanine, por los respiradores, por el “demonio” Murillo, por los “delincuentes”
de la RJC, y terminaste votando por el MAS, eres otra víctima inocente e
incauta de ese aparato de propaganda y manipulación. Siento mucho decirlo, pero
así es. Te dejaste embaucar y te convencieron, con bastante ayuda de tu parte,
pues te sentiste patriota en los 21 días, pero no hiciste nada más y volviste a
tu zona de confort cuando el país te necesitaba más. Ni siquiera te esforzaste
en leer más que solo los titulares o el whatsapp. Así eres la víctima que eres,
y eres la voz funcional que ellos diseñaron. Por eso pueden hacer todo lo que
hacen, por que tú se lo permites y les facilitas el camino.
El dinero
del narco no solo se usa para trago, mujeres, autos y mansiones. Una parte es
reinvertida, para asegurar que el negocio sea duradero, y eso se consigue, al
menos en Bolivia, manteniendo el control del gobierno y los poderes del estado.
La “revolución democrática y cultural”, el “proceso de cambio”, etc. son
solamente el gigantesco “cuento del tío” con el que embaucaron, y lo siguen
haciendo, a la mayoría de los bolivianos.
Así
convierten a nuestro amado país en el centro de tráfico y producción de drogas
más grande del continente. Sostienen artificialmente una polarización y un
ambiente belicoso entre los bolivianos, imponen temas de agenda, se inventan
controversias, magnicidios, golpes, wiphalas, etc. para mantener el corazón y
el hígado de los bolivianos revueltos y ocupados con temas que no son
importantes.
Por eso es
importantísimo ver la realidad de Guarayos. Los avasallamientos significan también
el establecimiento de santuarios del narcotráfico, de la violencia de los
carteles y de las guerrillas mercenarias a su servicio.
Boliviano, masista,
pitita o lo que quieras ser, tus hijos serán las víctimas de la violencia que
se está montando peligrosamente en el país, si tú sigues siendo indiferente y permitiéndolo.
Hector
Castro * 29 Octubre 2021