Estoy
cansado de este debate intrascendente. Hasta cuando entenderemos que el país
merece mejores actores, con mejores discursos, que promuevan el verdadero
desarrollo, y el verdadero crecimiento del país?
El actual
régimen ha tenido luces y sombras, es cierto, y debemos reconocerle algunos
logros. Quienes ocuparon el palacio de gobierno en el pasado también lo
hicieron. El problema es que las sombras opacan absolutamente a todas las luces.
El balance es invariable y lamentablemente negativo.
Unos con la oscura
privatización, y la capitalizaciòn con
una ley distinta a la que plantearon al electorado. Los otros que se deshacen
en discursos de nacionalización, cuando la realidad es contundente y demuestra
que nunca ocurrió.
Pareciera
que nadie cree que el gobierno de hoy, y el actuar de la población en general
està formando el futuro. La base moral, institucional y económica para la vida
de nuestros hijos y nietos se define ahora. Mientras tanto, estamos sumergidos
en una agenda de culebrones, escandaletes, corrupción de unos y de otros, y el
socavado permanente de los valores y la moral, imprescindibles para comenzar a
pensar en un estado sostenible y mínimamente adecuado para la sobrevivencia y
el desarrollo de Bolivia.
A este paso,
las próximas generaciones deberían ser expertas en diferenciar la derecha de la
izquierda, y de la izquierda que actùa con derechismo, de la derecha que actùa
de la misma manera. De la izquierda que no actùa, y de la derecha que se
acomoda a la izquierda con discurso de derecha, y de todas las combinaciones
posibles. Mucho temo
que este conocimiento no les darà de comer.
Crear ídolos
en el poder, y fantasmas en la oposición no nos ha llevado a ninguna parte.
Porque pensar que el futuro será diferente, si continuamos en esta misma
lógica?
Estamos a
escasos días de un referéndum que no debería tener lugar, pero lo tiene. Vamos
a decidir si cambiamos la ley de leyes, para que ese cambio permita una
prolongación en el poder de quienes creen ser irremplazables. Esto no es
democracia. La democracia es por definición el imperio de la ley.
Votarè NO,
lo que no significa de ninguna manera, que mi voto vaya a los líderes del
pasado.
Mi voto es un acto de convicción de que “LOS GOBIERNOS DEBEN SER DE
LEYES MAS QUE DE HOMBRES”.
Hector Castro G. * 20 Feb 2016