El ambiente
pre electoral en 2019 era tan preocupante como el actual. Las oposiciones no
conseguian hacer acuerdos, los líderes políticos no estaban dispuestos a ceder
la candidatura en pos de un proyecto más grande, que permita hacer frente a la
hegemonía masista (Debo mencionar que Doria Medina si resignó su candidatura).
Los
incendios en la Chiquitania, y el reclamo por el 21F tuvieron la fuerza para
convocar a la población como ningún político había logrado. Es más, varios
tuvieron que bajar el perfil para evitar la crítica y ser acusados de
desvirtuar la causa. Mientras tanto, de la misma manera en que el astuto lobo
se cubre con una piel de oveja para entrar al rebaño y atacar desde adentro, dirigentes
cívicos encontraron espacios desde donde hacer política, de la peor forma y con
las peores prácticas.
El
electorado votó el 20 de Octubre, y supo concentrar en gran medida el voto
opuesto al MAS. De manera improbable, Carlos Mesa ganó en Santa Cruz, aunque no
consiguió hacerlo en el resto del eje. Se supone que La Paz era su bastión más
grande, pero perdió. Quedará en el anecdotario histórico del país el concepto
de “voto útil”. En Santa Cruz decían que
se tapan los ojos y la nariz, pero debían votar por Mesa. Paradójicamente, hoy
los mesistas observan críticos la gestión de Añez, y le restan legitimidad por
que su partido solo consiguió el 4,5 % de los votos. Ignorancia, cinismo o
simple estupidez. Los votos que eran nítidamente por Demócratas fueron a salvar
la causa común, y evitar que el MAS ganara en primera vuelta.
Hubo fraude,
no hay duda. El masismo contaba con la OEA, solicitó una auditoría e impuso que
el dictamen fuera vinculante. La ciudadanía desconfiaba del acuerdo pero no
tenía alternativa. La prensa nacional (la verdadera, la que hace su trabajo
bajo presión sin dejar de lado los principios, ni vende sus contenidos) acorraló
a Ethical Hacking para que haga público
su informe. La comisión de la OEA, no tuvo forma de emitir su informe como
presuntamente estaba pactado. Primera jugada clave.
El dictador
estaba prácticamente solo. Perdió las lealtades que había comprado en las
Fuerzas Armadas y la Policía. Sus ministros entraron en pánico, se agarraban a
sopapos entre ellos, y cada uno buscaba su propia salida.
En este
ambiente de caos, inestabilidad y desconcierto, se ejecuta la segunda jugada
clave. La sucesión constitucional, imprevista e improvisada, que daba lugar a
la posesión de Jeanine Añez como Presidenta Constitucional del Estado. Segunda
situación que tampoco estaba en los planes del MAS. Jaque mate!!!
Con la
situación social pendiendo de un hilo se llevaron a cabo varias reuniones entre
los actores políticos del momento, la iglesia, organismos y representaciones
del exterior. No puedo ser específico al mencionar los actores, pues nunca se
informó claramente al respecto, y tampoco se supo cuál fue el contenido y los
acuerdos que se lograron en estas negociaciones. Hubieron acuerdos, es
innegable.
Que
concesiones se hicieron? Que condiciones fueron establecidas? Quien tenía el
mayor peso específico en ese escenario y en ese particular momento?
No hay
claridad, no se filtró la información, aunque si hay trascendidos, y hay
personajes como Nadia Beller, Jerjes Justiniano, etc. que hoy, fuera del
circuito, sueltan prudentemente algunos detalles. En todo caso, da la impresión
de que hay acuerdos de mucho peso, y los firmantes serían seriamente afectados
si llegaran a conocimiento público.
Fue un
proceso muy difícil, tanto que durante los 21 días y las dos semanas
posteriores era poco probable prever la salida de Morales y la constitución de
un gobierno de transición. La llegada de Jeanine fue una sorpresa y un
desconcierto para todos. Quién era ella? Porque no figuraba en el radar del
electorado? Sus primeras apariciones tenían su llanto como denominador común.
Señal de debilidad para algunos, y de humanidad para otros. Lo que estaba
tácitamente entendido por todos era que ese gobierno, creado por la improbable
conjunción de fuerzas, necesitaría el respaldo incondicional de estos actores,
que debían ser consecuentes con su decisión de plegarse al proceso de sucesión
y de salida del MAS.
No necesito
desarrollar mucho más. Todos sabemos cómo se dieron las cosas y como llegamos a
la situación actual. El asedio del MAS es cada día mayor, los acuerdos y
concesiones que se hicieron son más evidentes, y la lavada de manos de los
líderes políticos es cada vez más patética y vergonzosa.
Porque
pensar hoy que el gobierno, precario desde su origen, puede afrontar el asedio
del MAS, la peor crisis de salud de la historia, y la deslealtad de los líderes
políticos?
Los partidos
políticos y sus líderes necesitan repensar la situación. No es correcto minar
la sostenibilidad del gobierno, solamente por razones electorales. No es un
gobierno fuerte, ejemplar ni lleno de virtudes, lo sabemos. Esto no significa
que se deban aprovechar para desplegar toda su bajeza y cobardía. En este
sentido son iguales los masistas, mesistas y camachistas. No tengo dudas.
Bolivia
necesita saber que negociaron, quienes fueron parte de esto, y que concesiones
hicieron. Podrán ser honestos con la
ciudadanía alguna vez?
Hector
Castro G. * 22 Jun 2020