El imberbe procurador, el analfabeto ministro y varios pseudo abogados dizque constitucionalistas hablan de que el fallo de la CIDH no sería vinculante.
Primero, no
es fallo, es opinión consultiva. No se caiga en el error de entender esto como
que no tiene peso. Es la palabra de la única instancia competente para
interpretar el Pacto de San José, y es determinante para frenar las intenciones
delictivas del ex dictador con síndrome de abstinencia, y obviamente para el
séquito de gentuza que rifó su dignidad, así haya sido barata y mediocre, incluyendo
a algún Zaffarrancho.
A ver,
veamos porque se acude a la CIDH para una opinión consultiva. El Tribunal
Constitucional Plurinacional de Bolivia, no logró entender su función determinada
por la Constitución. Sí, la misma que se supone que precautelan. Fueron
tentados, billiquines de por medio, a interpretar el Pacto de San José, torcer
su apreciación y salir con la genialidad de que la violación de la
Constitución, esa que deben precautelar, es un derecho humano.
No tuvieron
la menor consideración con el estado de derecho, con las libertades y garantías
que otorga la constitución boliviana, que pese a ser un librito bastante
cuestionable y poco sostenible, es la Constitución en vigencia. Esa por la que mandaron
a luchar a los movimientos sociales en El Alto, por la que se derrocó un
gobierno legítimamente constituido, por la que se mataron a bolivianos en Sucre
y la que Carlitos Mesa, si, ese viejito, calladitamente propició y patrocinó. (No
todos los males son del MAS, ese señor tiene mucho que responder. Es cuestión
de recordar cuanto ha hecho y cuanto ha defraudado a este pobre país).
Si el
“fallo” es vinculante o no, es un tema sin trascendencia. El corrupto TCP dio
luz verde a la postulación ilegal e inconstitucional de Morales. Se atribuyó la
potestad de interpretar lo que no podía, por convencionalidad, y modificar, en
la práctica, la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.
Cometieron
el delito de usurpación de funciones, por lo que no hay ninguna posibilidad de
apelar, como dice un diputado, a la extemporaneidad, ni a la no vinculatoriedad,
como dice el que usa huevo y jugo de Lima en el pelo, y sale con “genialidades”
leguleyas. Menos como sostiene algún otro PhD en Huat Tying (amarrahuatismo)
que el “fallo” de la CIDH es efectivo hacia el futuro, para evitar que los delincuentes
del TCP sean procesados.
Todo se
resume simplemente al principio de la democracia, la legalidad y la pacífica
convivencia: LAS LEYES SE CUMPLEN!!! No se gambetean, no se distorsionan, y no
se acomodan. No importa cuál sea el origen étnico, el color de la chompita o la
forma de la nariz. Las leyes son universales, tienen el mismo efecto en todos y
cada uno de los ciudadanos (y para que lo entiendan, complicaré la redacción:
todos y todas, y cada uno y cada una de
los y las ciudadanos y ciudadanas). Así de simple. Así de facilito. Sin
referéndum del 21F, sin las famosas 4 maneras de violar la constitución, sin el
negocio con los magistrados del TCP. Solamente cumplir con las leyes y la
constitución.
Bolivia es
un estado libre y soberano. Sostiene, mediante sus ciudadanos, la decisión de
luchar por la libertad, y hasta entregar la vida, antes que “esclavos vivir”.
Este tema, la insolencia de la re-elección por fuera de la norma es una forma
de coartar la dignidad y la libertad de todo un pueblo, de todo un país. Es
inadmisible por donde se lo vea. La vocación democrática, digna y libre de
Bolivia, impide que un ciudadano cualquiera
crea que puede imponerse sobre la ley y la institucionalidad.
VIVA BOLIVIA
!!! libre y soberana. Es libre este suelo, ya cesó su servil condición, y no
estamos para rifar nuestros votos y anhelos para darle gusto a un indecente.