lunes, 31 de enero de 2022

MAL CHISTE, LA JUSTICIA

 Ví una publicación de Gonzalo Chavez sobre la justicia en Bolivia e inmediatamente me tomé la libertad de hacer algunas reflexiones.

La tragedia que vive cualquier ciudadano que cae en manos de los operadores de justicia es simplemente un daño colateral e insignificante para las estructuras del poder. Las leyes y el estado de derecho son simples saludos a la wiphala. El caso del juez Alcón, de su hermano, titular del Consejo de la Magistratura, y parientes directos de la Viceministra de comunicación, funcionaria masista, obviamente, son solamente accidentes geográficos.

El violador y feminicida serial resulta una patética y terrible anécdota. De que va a vivir el juez? de su sueldo? que ridiculo. Él, como los demás, tiene un puesto de venta. Su función es la de cobrar por sus servicios de "justicia".

Así funciona también la Policía, por que no decirlo, que alquila motocicletas para los patrulleros "cobra coimas", licita los puestos de control (trancas y retenes), y envía a sus "dignos" efectivos en diciembre a las calles a "hacer su aguinaldo". Es pecado decirlo, lo sé. Seguramente esta tarde seré detenido por un "oficial" innominado con pasamontañas, con un matoncito atrás, sin marbete, sin identificación, un delincuente de verde y con autorización para robar. Pero no es ninguna revelación ni podría sorprender a nadie. Es fácil entender por que el Ministrillo de gobierno tiene la jerarquía que tiene. Es la cabeza de esta incongruente institucionalidad.

Dicen que el famoso violador suma 70 víctimas de violación, entre menores y mayores. No creo que esté lejos del que sabemos, que se dedica solamente a menores, ya que califica de "calaminas" a cualquier señorita mayor de 16, pero es el "líder y el conductor de la soberanía y la dignidad". No hace falta mucho análisis para entender que la falta de educación, traducida en ignorancia y vulnerabilidad, son las causantes de semejante validación de la inmoralidad y la impostura.

Es el líder de seis, no una ni dos, seis federaciones de productores de una cosita que sirve única y exclusivamente para producir narcóticos. El gobierno y la UNODC afirman que el 93% de la coca del trópico de Cochabamba va al narcotráfico. Voy a aportar un dato adicional. El 7% restante pasa por el mercado legal de Sacaba, y retorna al trópico para ser "industrializado". No existe ningún destino alternativo para esa hojita.

Toda esta impostura y patética realidad funcionan simplemente por que hay una organización criminal que hace las cosas como debe hacerlas. Es el "cartel de Puebla". Invierte y trabaja en la mente y el pensamiento de la gente, para empezar. Tienen al 40% de la población convencida, ignorante y limitada. También tiene a otro 15% de población cobarde, que se muestra como opositora al régimen, pero en realidad es tristemente masista. Está al lado tuyo. Son tus amigos. Comentan y critican en las redes. Odian al masismo y al socialismo, pero llegado el momento votan por ellos, por la dictadura, por la demagogia y por la impostura. Esos son los peores. Son cobardes, son reveseros y son desleales. Creen que Añez o Murillo, delincuentes de cuarta, ladrones de pacotilla, son peores que los que te roban la libertad y la vida entera. Son los que viven creyendo que los respiradores o Senkata fueron obras de la derecha. Son gente de buena fe, pero terriblemente ignorante, que se dejó convencer por la narrativa del aparato socialista narco delincuente, por el narco-pedo y por el impostor de Mesa. Es dificil superar todo eso, mientras la gente siga creyendo que la política solo puede ser hecha por los que dicen ser de izquierda, por la delincuencia y por los impostores como Carlos Mesa y su combo.

Obviamente es imposible pensar en una verdadera reforma judicial mientras vivamos bajo un régimen que necesita de la justicia para eternizarse en el poder. O acaso la autonomía, constitucional y todo, se hizo realidad? No, por que el régimen es hegemónico. No puede delegar poder, recursos ni competencias. Es cuestión de abrir los ojos y entender que las cosas son muy simples. El crímen organizado no es tán tonto como para actuar desde un solo frente. Lo hace desde todos los escenarios posibles, y ocupa varios colores y banderas. Así es en Venezuela, o alguien cree que Guaidó o Lopez son realmente opositores? Los cubanos son bastante menos estúpidos que nosotros. Así sobreviven.

Nuestra amada patria es el botín de su asalto, están organizados y preparados, y tienen a indignos bolivianos prestos a entregarla. Morales y Arce son los "próceres" de esta lucha. Son la tragedia de nuestra amada Bolivia. Uno lo sabe y se dedica a eso. El otro es un tonto útil, y jamás lo entenderá.

Hector Castro G. * 31 Enero 2022

martes, 18 de enero de 2022

«LAS HONROSAS EXCEPCIONES»

 La ex presidente constitucional Jeanine Añez ha publicado una infografía en redes sociales con los nombres y las fotografías de jueces, vocales, fiscales y otros operadores de justicia, denunciando sus malas prácticas y anunciando su serio temor de que serán ellos los responsables de juzgarla sin observar verdades y a las órdenes de la élite masista.

La primera reacción ha sido de la ciudadanía, mostrando casi unánime, su repudio y protesta por las actuaciones de estos funcionarios del Poder Judicial, Ministerio Público y Procuraduría.

De inmediato y a la velocidad de funcionario público, es decir, al día siguiente, salieron en conferencia de prensa las máximas autoridades del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo de la Magistratura, a protestar vehementes por dicha publicación que repudian por estar en contra de «actos de linchamiento social y político, que se están perpetrando desde diferentes medios de comunicación y redes sociales contra jueces y juezas», y que «se están vulnerando derechos de los operadores de justicia y se está poniendo en riesgo la labor de los señores jueces».

El artículo 178° de la Constitución Política del estado dice:

«La potestad de impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia, imparcialidad, seguridad jurídica, PUBLICIDAD, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, PARTICIPACIÓN CIUDADANA, armonía social y respeto a los derechos.»

Cuál es la razón por la que los operadores de justicia pretenden tener la potestad de usar una suerte de máscara medieval de verdugo y mantenerse en el anonimato? Si uno hace una simple búsqueda en Google podrá entender fácilmente lo que pretenden esconder estos «angelitos».

La justicia en Bolivia requiere reformas profundas. Necesita una verdadera restructuración y esto comienza por la reforma constitucional, pasa por una concepción distinta de las asignaciones presupuestarias y obviamente por un radical rediseño en los contenidos educativos, especialmente en el sistema de educación superior especializada. Un proceso que podría tomar 5 o 10 años si está bien hecho.

Pero el país no puede esperar tanto, pues la falta de justicia, y el mal uso político que se hace, deterioran el estado de derecho y priva a los bolivianos de las garantías que la Constitución y la democracia deberían otorgarnos en todo momento.

Sin duda, la famosa «reforma judicial» es un tema que ocupa a todos, desde las recomendaciones de organismos internacionales, los partidos políticos, el mundo litigante y la ciudadanía en general. Se llevan a cabo «cumbres», seminarios y otras iniciativas, más mediáticas que prácticas, pero debemos tener claro que un gobierno que depende de una justicia sumisa para consolidar sus objetivos de permanencia en el poder, nunca llevará adelante nada para conseguir una verdadera reforma. Es tan ingenuo como esperar autonomías de un régimen hegemonista. El resultado es por demás conocido.

Las iniciativas de juristas destacados como el grupo del Dr. Juan Del Granado, del Dr. José Antonio Rivera y varios otros, o del grupo del Dr. Carlos Börth, son valiosísimas y deberán ser la referencia para la reforma profunda.

En cualquier comentario o declaración es infaltable el «hay honrosas excepciones», cuando se define o se denuncia la corrupción o la improbidad de jueces y fiscales.

Deberían ser estas «honrosas excepciones» quienes tomen cartas en el asunto, denuncien y procesen por prevaricato o por cualquier figura legal pertinente y prevista en el ordenamiento jurídico. Hacerlo de inmediato, con valentía y con la investidura de integridad que ellos representan. Simultáneamente se debería investigar el patrimonio y el flujo de dineros de los funcionarios judiciales, hecho ya previsto por las leyes (UIF).  Estoy seguro que tras sentar algunos precedentes se manifestaría una inmediata reforma en la conducta del sistema judicial.

Esta sería solamente una medida de emergencia, una forma de sostener de alguna manera el estado de derecho y las garantías constitucionales, mientras se lleve a cabo la reforma profunda. Podría parecer un simple pataleo de ahogado, pero creo que es necesaria y urgente.

No será fácil, pero debe estar claro que la lucha contra la delincuencia, contra el totalitarismo y contra cualquier forma de dictadura requiere invariablemente de valentía, de integridad y de sacrificio.

Ninguna revolución fue hecha por cobardes.

 

Hector Castro G. * 19 Enero 2022

lunes, 10 de enero de 2022

OMICRON, AUZA Y LA CARABINA DE AMBROSIO

La gestión de la Covid-19 en Bolivia se caracteriza principalmente por la excesiva influencia de la politiquería polarizadora del actual gobierno. No creo que haya otro país en el mundo entero en el que los intereses de cualquier grupo social tengan tanta preponderancia en la toma de decisiones.

Ni siquiera podemos considerar que alguna ideología o una agenda política sea la responsable de encaminar la estrategia de gestión de la pandemia. No existe tal estrategia. Las decisiones se toman de acuerdo al momento coyuntural, de acuerdo al volumen del reclamo de la gente (afín al MAS o no), e invariablemente de acuerdo a la metida de pata o a la último yerro del ministro, del presidente o del ex dictador (que sufre severo síndrome de abstinencia).

Cada nueva política, o cada nueva circunstancia, es definida y amplificada por los activistas, pro y anti, los que intentaron imponer la narrativa del «virus de la derecha», los del «invento de la Añez», de los que esperaban que el gobierno transitorio sea de Angela Merkel, Harley Quinn o alguna otra choca superpoderosa, los fans de los desparasitadores o del agua amarilla para limpiar piscinas.

Ni hablar de los nuevos expertos en grafeno, en los nanochips de control de la humanidad, o de los geeks de las teorías de conspiración que otorgan super poderes a los inútiles «líderes» wanna be» de oposición.

Ante este panorama, como no podía ser de otra manera, tenemos a un «médico» con más formación y experiencia como político masista que como profesional de la salud, y el inutilín que basa su ideología en las guitarreadas de la «U», aun soñando con «pájaros enjaulados» o «unicornios azules». Nada que se pueda realmente recriminar, pues su recorrido por la vida fue la de ese clásico soñador de utopías izquierdistas de la universidad, a asalariado de todos y cada uno de los gobiernos (completamente opuestos a sus convicciones y creencias) que le dieron la oportunidad hacer carrera como cualquier brócrata, hasta convertirse en el «jefe».

De hecho, nunca fue el candidato a presidente por el MAS. Era la opción que le conseguiría mayor votación en áreas urbanas, solamente. El libreto del narcopedo tenía la certeza de que el ganador era Mesa, que era muy fácil de destronar, como a Goni en 2003, solo que más facilito. Él tenía que sufrir el «bloqueo del oxígeno», pero la circunstancia fue distinta.

Esas cosas extrañas que tiene nuestro país le dieron el triunfo a quien no tenía la intención o si quiera la idea de ser presidente.

Lógicamente, formó un gabinete escaso en jerarquía, identidad o al menos algún esbozo de plan de gobierno. Un «líder» sin liderazgo, un político sin bases, una pintoresca caricatura de caudillo, que rápidamente se convirtió, ante los ojos de propios y extraños, en el «títere» y su lógica denominación de «tilín».

Intentó cimentar su gobierno solamente en evitar un exceso de anticuerpos, al menos en la primera etapa. A estas alturas está claro que el gabinete crea más anticuerpos que dos dosis de Pfizer, una de Astrazeneca, otra de Moderna y un kaj de Sputnik.

El resultado, en términos de pandemia, es un caos controlado. En realidad, son fuegos controlados cada día. Una especie de cuerpo de bomberos que apaga incendios de acuerdo a su ocurrencia, mientras el mundo envía más y más dosis de vacunas, sin que encuentren brazos izquierdos (vaya paradoja) dispuestos a recibirlas.

La variante Omicron está circulando en el país hace casi un mes, lo que es imposible de negar, pero el ministro recién comienza a aceptar y admitir que no tiene la mínima idea de la realidad.

Personalmente, tengo dos dosis de Sputinik, con un intervalo entre ellas definido como «perfecto» por los grandes expertos en demagogia y tratamiento de estupidez idiosincrática. Hoy estoy contagiado y sufriendo los síntomas que aparentemente son los característicos de esta variante. Flujo nasal, dolor de garganta, cansancio, fatiga y dolor muscular. Esito sería, y ojalá nada más.

Nada mal para una vacuna que podría costar entre 25 y 300 dólares, lo que no está claro por las famosas cláusulas de confidencialidad. Se hacen ricos a costa de los recursos de Bolivia, que quede claro.

Los síntomas que me preocupan de verdad no son característicos de la Omicron, ni de otra forma de Covid-19. Son cosas como esa total incertidumbre del futuro, la permanente demostración de abuso y persecución política, la implantación de un relato tan falaz y mentiroso que duele, la impresionante cobardía de quienes decidieron hacer política, y especialmente la enorme indiferencia e ignorancia de los bolivianos que permite cada día más, sin poder vislumbrar un límite.

Estoy seguro que los bolivianos tenemos en el alma ese espíritu patriota, juicioso y moralmente correcto. La diferencia con el otro bando, el de los inmorales, delincuentes e indecentes es que nosotros no estamos organizados o alineados en un camino claro y definido. Ellos sí. Tienen los objetivos claros y bien establecidos. Su único obstáculo son sus propias limitaciones y su lucha de poder interna. A ver qué ocurre primero. Si se comen entre ellos o nosotros logramos organizarnos.

 

Hector Castro G. * 11 Enero 2022