Si algo se
hace más y más evidente es que el cálculo político del presi es tan certero
como el cálculo matemático del vice.
Probablemente,
enceguecido por el poder y la rutina de los últimos años, no haya percibido que
cada vez que “le metía nomas” dejaba una pinchadura en su gran aparato
político.
El imperio
de la ley es de ida y vuelta. Puede lograr alguna gambeta, y esquivar el
obstáculo, pero solo será temporal. La ley, la verdadera, legítima y auténtica,
como la democracia directa y de la calle, hará sentir su peso tarde o temprano.
Es evidente
que el rey está cada vez más solo. No logró movilizar a las FF.AA. y los
rumores dicen que el requisito de dar órdenes escritas es el gran escollo. No
hay “valientes” que firmen, y nadie moverá un dedo sin recibir el famoso
documento, pues está claro que después vienen las consecuencias (y las
inconsecuencias de la cadena de mando)
La policía
muestra una evidente escisión, entre algunos niveles claramente prevendalizados
y otros públicamente maltratados. Aunque no se ha manifestado ningún conato de
amotinamiento, está claro que no es posible requerir grandes esfuerzos de parte
de esta institución.
La única
movilización cierta y efectiva, (que puede ser manejada por el jefe) es de
algunos grupos cocaleros del Chapare, mineros, y pequeños sectores sociales. En general, en
cantidades muy inferiores a las que se cuadraban hace algunos años. Necesitan
ser reforzados por “jornaleros” violentos, que detrás de un pañuelo, provistos
de un palo, alcohol, anonimato, y 200 bs. hacen gala de su falta de escrúpulos
y de cualquier tipo de conciencia social. Atacan inclementes a quien se les
ponga en el camino. Mujeres, niños, o simples transeúntes son víctimas de estos
“valientes” grupos.
En resumen,
me parece (y quiero ser enfático en que es solo mi punto de vista) que hoy
intentaron retomar Cochabamba, vencer el paro cívico, y con todo lo que tienen
no han logrado más que enojar y envalentonar a los cochabambinos. Firmaron con
fuego (en la plaza de las banderas y el cerro de San Pedro) su declaratoria de
enemigos de Cochabamba.
Salen a
relucir cualidades que nos identificarán en adelante. Cochabamba es valiente,
es inteligente, es solidaria, es orgullosa y querendona de sus valores y
símbolos.
La Paz, Santa
Cruz, y los otros departamentos tienen realidades algo diferentes, pero el
común denominador es la población masivamente movilizada, la ausencia de
fuerzas armadas, policía, y movimientos sociales con la fuerza que supimos
conocer.
Desafían a
Carlos Mesa a aceptar la famosa auditoría OEA como medio de pacificación, como
si este personaje tuviera en sus manos el poder de desmovilizar a los
bolivianos en protesta.
Si alguna
conclusión puede salir hoy, es que ninguno de los dos candidatos mejor
posicionados tiene el respaldo y la legitimidad para hacerse cargo de un
gobierno que pretenda reconducir Bolivia, ni por la izquierda, ni por la
derecha, ni siquiera a la deriva.
Bolivia
necesita encontrar la forma de llegar al mejor “borrón y cuenta nueva posible”,
y el único cálculo correcto será abriendo los ojos a la realidad.
Hector Castro G. * 30 Oct 2019