sábado, 26 de octubre de 2019

EL DIABLO NO SABE PARA QUIEN TRABAJA


Cada vez que escribo me resulta inevitable pensar en el lector. A veces necesito hacer correcciones para llegar de manera más eficaz, o tal vez de manera más pro activa.

Hoy pienso en todas esas personas que aún defienden el “proceso”, a su líder, a su partido, o a lo que llamaron ideología.

Me pregunto….será igual pensar en esa figura novedosa, el indígena que surgió del pueblo y llegó a la máxima investidura de la nación, y el desgastado presidente que demostró que el conocimiento y la educación son imprescindibles para gobernar, evitando que le “asesoren mal” o que “no le informen”.

Es lo mismo promover una revolución, asamblea constituyente, inclusión social, soberanía y dignidad, control de nuestros recursos, etc. en 2003, y 16 años después contar votos, escatimar miserablemente lo que se pueda para tener una diferencia de 10 % al segundo, que ni siquiera es candidato de consenso en la oposición?

No parece intelectualmente honesto no recordar a tu propio país, sus liderazgos, sus taras, sus limitaciones, así como sus virtudes y su enorme riqueza, natural, humana, y cultural. Al mismo tiempo simplificar tu “propia” visión al discurso que te quieren implantar desde un manejo comunicacional de presupuesto millonario, que solo hace honor a Goebbels, Stalin y LaClau.

Nunca comulgué con la ideología masista, pero hubo un tiempo en que me resultaba respetable, así como las personas que llevaron adelante ese movimiento. Por supuesto, entre ellas había de todo, y no puedo generalizar ningún concepto. Actualmente, no me resulta posible explicar que defienden, que propugnan, que proponen, que piensan para el país y su gente.

No han hecho más que satanizar a los opositores. Meten a la misma bolsa a todos, como si esto fuera razonable, y les ponen etiquetas digeribles para el inculto electorado. Oposición, derecha, neoliberal, imperialista, colonialista, capitalista, vende patria, etc.

El 90 % de la gestión en de los últimos 13 años puede ser fácilmente descrita con los adjetivos arriba mencionados, y se puede añadir algunos otros: corrupto, inmoral, cínico, descarado, mentiroso, etc.

Insisto. Me resulta muy difícil entender porque defienden a rajatabla este proceso que hace mucho dejó de ser lo que prometía, y porqué defienden tanto a un líder que consideran perpetuo, pese a que no les da ninguna garantía de permanencia?

Estarán conscientes de que están construyendo y apuntalando algo diferente a lo que ellos mismos quieren creer?


Hector Castro G.  *  26 Oct 2019



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