viernes, 4 de octubre de 2019

BOLIVIA POLARIZADA


Esta última década, que huele a surrealismo y a fábula mal escrita, tiene como protagonista, víctima y culpable, al pueblo boliviano.

La cultura de la confrontación, de la polarización, de la intolerancia, y de la revancha son ahora parte del día a día, y no importa cuál es tu participación, tus intereses o tu posición en la sociedad.

Todos somos odiados por alguien, y todos odiamos a alguien. No es algo fácil de admitir, especialmente si nos pasamos la vida intentando cultivar valores precisamente opuestos a esta cultura. Todos los días vemos la Tv, escuchamos la radio, y olemos los incendios. No nos faltan razones para odiar, y el proceso de aprendizaje es espontáneo e involuntario.

Somos bombardeados por discursos renegados, nos asfixian con imaginarios que no son nuestros, y nos ametrallan con complejos pseudo ideológicos. Este perverso plan es tan intenso que más y más ciudadanos van cayendo en el movimiento odiador.

Bolivia está polarizada, está dividida, en tantas formas y con tantos argumentos, que ninguno es realmente cierto y consistente. Por eso necesitan recordarnos todos los días que debemos odiar a alguien.

K´aras y t´aras  *  cambas y collas  *  privatizadores y nacionalizadores  * izquierdistas y derechistas  *  neoliberales y socialistas  * campesinos y citadinos  *  transportistas y pasajeros  * médicos y ministros  * corruptos azules y  corruptos verdes  *   policías y militares  * y muchos etcéteras. En fin… son muchos versus, y no quiero ni comenzar con la coyuntura electoral.    

La verdad es que todas son posiciones completamente maleables, si llegan a ser verdaderas, y pienso que nada puede quedar como insalvable. La única y verdadera polarización que sufrimos en Bolivia, y que nos lleva por este camino cada día más peligroso y que amenaza a nuestra sobrevivencia como país, es la de los que entienden y los que no entienden cuál es la situación real y verdadera que atravesamos.

En 2005 gran parte del 54 por ciento de los bolivianos sufría de desinformación, y existió un fuerte componente de ilusión.

Entre 2009 y 2014, subsistía un poco de ilusión, pero el fuerte era la política comunicacional, plagada de mentiras, medias verdades, y mitos creados para toda esa masa crédula, que ascendía hasta el 64% de la población (menos un componente de chanchullo nada despreciable).

En 2016 claramente la ilusión desapareció, y la masa crédula se redujo significativamente. Solo 41 % se mantuvo en el inocente optimismo, y Bolivia dijo No en 59 %.

Hoy, 2019, la población devota del continuismo es el 30 a 33%, y está compuesta por un sector que lucra con el proceso, otro sector que tiene aspiraciones de lucrar, otro que no sabe ni entiende, y finalmente está la población que sigue renegando por los españoles que se llevaron la plata y prefieren a chinitos que se lleven el oro; que no permitirán el regreso de los gonis, los Banzer, los paz Estenssoro,  los hilarion daza, y ni hablar de los mariano melgarejo.

Otro tercio tiene la figura clara,  su voto está definido por alguno de los candidatos con cierto potencial de lograr algo.

El tercio restante está indeciso. Volver a los demonios del pasado? * Quedarse con los demonios actuales? * Tal vez ese chinito que recién apareció sabe nomas.  * No sé yo, no me interesa la política  * Voy a preguntar a mi comadre, ella siempre me aconseja bien * Mmmmmm….mmmmm……no sé.

Ciertamente, este último tercio, buena parte del primero, y una parte del segundo harán muy bien en dedicarle un tiempo a meditar su decisión, informarse un poco, sin limitarse a los titulares de las noticias, y asumir su responsabilidad con el país. La experiencia reciente nos muestra que dejarse llevar por la campaña, renegar por renegar de acuerdo a instrucciones de algún renegado mayor, creer cualquier barbaridad que le cuentan los medios oficiales, y votar sin saber nada, nos llevan a donde estamos.

Tenemos uno de los peores gobiernos de la historia, pero está ahí porque nosotros los elegimos. Tu voto es solo uno, y es el más importante de todos.

¿Eliges ser de los que entienden?  ¿O prefieres ser de los que todavía no entienden nada?


Hector Castro G. * 04 Oct 2019

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