jueves, 30 de abril de 2020

EL TESTEO MASIVO Y LA FRUSTRACIÓN COLECTIVA


La realización de pruebas masivas es una gran herramienta en la lucha contra la Covid 19, y la falta de estas es la mejor herramienta encontrada para descargar las frustraciones que nos producen el aislamiento y las difíciles condiciones que vivimos.

Es cierto que la falta de información, y especialmente la desinformación provoca frustración. Los niveles de tensión e inseguridad nos afectan a todos. Por supuesto que las reacciones son diversas, e indudablemente hay muchas que aportan al desconcierto y desconfianza de la población.

La demanda por pruebas masivas se ha convertido el tema recurrente y generalizado. Hablan del tema desde profesionales muy lúcidos y cultos en diversas áreas, hasta diputados que escasamente superan el analfabetismo, pasando por muchos analistas, periodistas y otros formadores de opinión.

Los argumentos que utilizan son muchos, pero centrados en las experiencias de países que han logrado éxitos en la lucha contra el virus. Lamentablemente se usa mucha información parcial y talvez sesgada. Hay muchos países que tienen cifras muy altas en cuanto a los tests, pero también son altísimas sus cantidades de contagios y fallecimientos.

Creo que es necesario hacer dos preguntas centrales para este debate:

Será posible sacar conclusiones certeras con el simple dato de la cantidad de pruebas por número de habitantes?

El manejo científico de la pandemia es muchísimo más complejo, y considera otras variables, tanto cuantitativas como culturales, socioeconómicas, etc.

Habrá alguna intención del gobierno, de la Presidente, o del Ministro de salud, de no hacer más pruebas?

No imagino ninguna, ni pensando en el tema económico, ni en la campaña electoral, ni en algún otro motivo. Puedo ser muy ingenuo, pero no encuentro razón alguna.

Revisando alguna información en la web, encuentro que los criterios de aplicación de pruebas son idénticos en España y Canadá. Los requisitos previos a un test son los mismos. Los resultados epidemiológicos de ambos países son totalmente distintos. Canadá tiene éxito, y España vive situaciones muy lamentables.

Encontré también algunos datos interesantes en cuanto al funcionamiento de los diversos tipos de pruebas (anticuerpos, proteínas, material genético). Hay grandes diferencias en la probabilidad de falsos negativos, y son varios los factores a tomar en cuenta.

El costo de las pruebas es muy variable, la excesiva demanda mundial, y la prisa por fabricarlas ha desvirtuado su confiabilidad, al extremo que un lote de pruebas que tienen un precio unitario de 8 dólares (por ejemplo) puede conseguirse actualmente en 45. Si el 50 % de ese lote no es confiable y debe desecharse, el costo real será de 90 dólares por prueba.

Si se aplica una prueba a una persona que fue contagiada hace 5 días, seguramente saldrá negativa, pero SÍ es portadora, presentará síntomas en los próximos días. (las pruebas de antígenos necesitan al menos 7 días desde el contagio para detectarlos). Esta persona podría comportarse de manera muy confiada, con la falsa seguridad que le dio el resultado, y contagiar a muchos.

Hacer 3000 pruebas PCR diarias costaría al menos 8 millones de dólares por mes, sin un resultado que nos garantice el control de la pandemia, y sin que represente diferencia en las otras medidas que se vienen adoptando. (este monto equivale a unos 140,000 bonos de 400 bs)

En general resultaría muy complicada y poco efectiva la aplicación masiva de pruebas a toda o gran parte de la población, especialmente si se toma en cuenta que nuestras sociedades tienen particularidades culturales e idiosincráticas muy diversas. No es tan simple como el análisis de números en una planilla.

Las pruebas son un recurso muy valioso para confirmar el diagnóstico, pero solo son un componente más. En la práctica, es muchísimo más importante mantener las prácticas recomendadas de distanciamiento, aislamiento, lavado de manos, desinfección, etc.

La amenaza de enfermedad pone en tensión a todos. Es una realidad que debemos aceptar, y tomar conciencia de que todos somos los responsables de contener y controlar la epidemia. El nivel social, económico o la preferencia política no hacen ninguna diferencia.

Creer falsamente que simplemente una acción del gobierno, como es el tema del testeo masivo, cambiará la situación es aferrarse a columnas de humo.  Esta responsabilidad es ineludible, entenderlo pronto nos ayudará a todos a salir antes de la crisis.


Hector Castro G. * 30 Abril 2020

jueves, 23 de abril de 2020

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES (Respuesta a Amalia Pando)


LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES,
Titula la columna de @Amalia Pando de la fecha, a continuación mi comentario al respecto:
Las medias verdades no son verdades. En este caso solamente llevan a confundir a su audiencia, y  mermar cada día más la credibilidad que supo cultivar en años de trabajo.
Don Yerko Garafulic tiene razón. Usted no puede pretender, a título de “sentido común” tener la razón, y contradecir las políticas del ministro, que es un especialista muy renombrado, y del que no tiene ningún antecedente que le permita dudar de su buena fe.
Pensé que usaría su publicación de hoy para rectificar o enmendar lo que dijo en su anterior entrega, pero nada. Usted debe informar, y por supuesto puede emitir su opinión. El buen periodismo lo hace, y sabe de la gran responsabilidad que conlleva el ser formadora de opinión.
No es aceptable que juzgue, que sentencie, y que acuse subjetivamente y sin fundamento a las autoridades nacionales y al representante de la OPS. No ha respaldado en absoluto sus acusaciones, y tampoco ha rectificado nada.
Intentar manipular la información solo para “tener razón” es incurrir en aún mayor irresponsabilidad. Usted recomienda leer e informarse, a continuación comenta varios casos y situaciones en tres países que son particularmente distintos a Bolivia. Corea, Australia y Alemania cuentan con recursos infinitamente superiores, tienen cultura de sobra para llevar adelante medidas y respetar disciplinadamente las disposiciones de gobierno. Sus sistemas de seguridad social y de políticas de desempleo son completamente diferentes, y el total de su población forma parte de la tutela del estado. En Bolivia, a título de informalidad, 80% de la población está librada a su suerte.
Está claro que necesitamos, con urgencia, el testeo masivo para conseguir un seguimiento oportuno al Covid-19. Lo que no está claro, excepto para algunos “iluminados” es la forma en que se implementaría. La estructura del sistema de salud está llena de huecos, funcionarios que sabotean cualquier iniciativa que venga del ministerio. Una parte de la prensa tiene interés en denostar, defenestrar y desprestigiar al ministro, a la Presidente, y al gobierno en general, como si el tema político fuera pertinente frente a esta crisis. Hay sectores de la población que son desinformados y manipulados a actuar en contra de todo lo recomendado, sin considerar las consecuencias para la salud y la vida misma de todos los bolivianos.
El testeo masivo es solamente uno de los componentes en la lucha contra la Covis-19, pero de ninguna manera es la solución a todos los problemas.
Porque no acude a información de países un poco más parecidos. Talvez el enfoque cambie, y se acerque algo más a la verdad, esa que nos hará libres. Ha visto la tragedia en Ecuador? Vio los datos de la velocidad de diseminación del virus en Perú? Tiene idea de la cantidad de pruebas realizadas en Perú?  Cuál es la situación en países centroamericanos o africanos?
Si su actividad es la información, asegúrese de darla correcta y completa. Si además usted decide opinar, entienda la responsabilidad que tiene formando opinión ciudadana. Y si decide ser la luz que ilumine el camino de los bolivianos, al menos sea objetiva y recurra al consejo que usted misma brinda. Tiene que leer e informarse. Trate de entender la realidad que vivimos y aporte desde su medio a remediar los grandes problemas a los que estamos sometidos en esta lucha que nos compromete a todos. No son pocos ni menores: Senkata, Patacamaya, trópico de Cochabamba, Montero, San Julián, zonas de mercado en cada ciudad, y muchos etcétera.
Tenga en cuenta que todo lo que se haga en Bolivia parte de las decisiones y políticas del gobierno. Si solamente nos dedicamos a formar opinión contraria, estamos creando desconfianza e inseguridad en la población. Al mismo tiempo, estamos creando frustración e impotencia pues este es el  gobierno que tenemos, no podemos elegir otro, y es el que hoy es responsable de la salud de todos los bolivianos.
La lucha contra la pandemia es responsabilidad de todos. Cada uno desde su lugar tiene la obligación de hacer su parte. El ciudadano de a pie está cumpliendo mayoritariamente, el gobierno también hace razonablemente bien lo que debe hacer. La prensa está aportando en su gran mayoría.
No es menos cierto que hay ciudadanos que necesitan tomar conciencia del problema y corregir algunas actitudes. El gobierno debe rectificar algunas situaciones y remediar los problemas que existen, especialmente a nivel regional en los SEDES. Algunos periodistas y medios necesitan repensar en su labor, y evaluar si aportan o destruyen.
Nadie puede lavarse las manos, especialmente si el resultado de sus acciones causa daño a un propósito común, en el que hay vidas en juego.
Una crisis tan complicada para los bolivianos requiere del aporte proactivo, constructivo y positivo de todos. Las posibilidades de éxito se ven reducidas por algunas consignas políticas saboteadoras, que pretenden hacer daño al gobierno y terminan afectando a los bolivianos.
No entender lo delicado de la situación, la precariedad sobre la que se tiene que ser eficientes, las grandes limitaciones económicas e idiosincráticas, desde el sitial de poder e influencia que tienen los medios, simplemente es hacerle un flaquísimo favor a la colectividad.
A mayor audiencia, mayor llegada y mayor rating, mayor la responsabilidad. Usted lo sabe.

Hector Castro G. * 23 Abril 2020