martes, 4 de febrero de 2020

¿Y DESPUES QUE?


Una de las experiencias que necesariamente deben ser capitalizadas por la ciudadanía boliviana durante la “revolución de las pititas”, es que el enfoque principal era terminar con el régimen masista. Todos los esfuerzos y la voluntad del colectivo se centraron en conseguir la salida de Evo Morales, pero no se reflexionó mucho en lo que sucedería después.

El panorama, después de 14 semanas, sigue desconcertando a muchos. Resulta sorprendente y hasta alarmante la actitud y forma de actuar de los líderes que formaban la oposición. Son los mismos personajes, poco más o menos, con las mismas limitaciones y la misma idiosincrasia que quienes ocupaban el mismo espacio político hasta 2005.

Es indudable que la expectativa superaba ampliamente la realidad. No es de extrañar, pese a que transcurrió más de una década de censura, libertades restringidas,  persecución, y especialmente desprestigio de la clase política. Las demandas y necesidades de los ciudadanos crecieron mucho más que la práctica y las organizaciones políticas.

Estamos entrando en lo más fuerte de la campaña electoral, y es momento de usar la experiencia, y tomar previsiones. La historia no termina el próximo 3 de Mayo en las elecciones generales. En realidad, comienza una de las etapas más complicadas en la vida contemporánea de nuestro país.

Los resultados electorales, reflejados en la composición de la Asamblea Legislativa Plurinacional, determinarán que la polarización ideológica o programática planteará una gestión complicada. La capacidad y experiencia del Presidente nato de la ALP (Vicepresidente del Estado) serán un factor determinante para el éxito o fracaso en la verdadera transición a la democracia.

La primera vuelta electoral, definirá los pesos y contrapesos en el legislativo. La elección de los diputados uninominales será determinante para la calidad de vida que tengamos como sociedad.

Esta elección, la de la franja de abajo en la papeleta electoral, es muy sensible a la dispersión. Serán al menos 8 candidatos, y gana el que obtenga la simple mayoría.
La ciudadanía demanda, genuinamente, unidad entre los diversos frente distintos al MAS. 

No fue posible encontrar resultados hasta el cierre de inscripciones. Talvez fue una búsqueda de un ideal, pero no de una verdadera posibilidad. El futuro próximo no promete ser mejor, y llegaremos a Mayo con varios frentes, que son legítimos, tienen derecho de participar, y seguramente son fruto de un proceso interno que implica negociaciones, aportes, y muchos intereses.

Los ciudadanos tenemos el poder soberano del voto. Tenemos la posibilidad de concentrar las preferencias en uno o máximo dos candidaturas, pero será imprescindible actuar con el desprendimiento que exigimos de los líderes políticos y que no conseguimos.
Habrá que reflexionar mucho en cada aspecto, y saber separar correctamente la información importante y fidedigna, de los trascendidos y elementos instalados por la propaganda.

Tendremos que ser muy criteriosos en cada circunscripción, buscar información, concertar entre vecinos, provocar la aparición de los candidatos, y concentrar la votación para lograr un curul más en la asamblea.

Todos los candidatos, a Presidente, Vicepresidente, Senador o Diputado estarán habilitados bajo las mismas reglas, bajo la misma ley, y en cumplimiento estricto de la Constitución vigente.

La candidatura de Jeanine Añez podrá ser cuestionada por diversas percepciones, pero es legítima como todas. Tengo dudas de que ser Presidenta al mismo tiempo que candidata sea una ventaja. Está claro que no pretende usar y abusar de los bienes del estado, como lo hizo su antecesor. Está bajo la atenta mirada de la prensa, la oposición y toda la ciudadanía.  Este fenómeno se da también para la gestión. Cualquier error, equivocación, o mala acción de ella o de cualquiera de los miles de funcionarios estatales está bajo observación, y esta es una gran diferencia con los demás candidatos. Tiene más probabilidades de crítica que de campaña favorable.

No pensamos en el futuro hasta el 12 de Noviembre pasado, solo buscamos terminar con el régimen. Hoy nos toca enfrentar las consecuencias. Debemos ser muy responsables y pensar que ahora determinamos lo que viene dentro de los próximos 10 o 15 años. No dejemos que nuestras decisiones las tomen los marketineros, los millones en las campañas, ni la guerra sucia que se viene con fuerza.

Es tu turno de pensar en Bolivia !!!


Hector Castro G.  *   04 Febrero 2020

sábado, 1 de febrero de 2020

GATA FLORISMO AL EXTREMO !!!


Brad y Angelina, Ben y Jen, Starsky y Hutch, Mortadelo y Filemon, Margaret Thatcher y John Major, Mennahem Begin y Golda Meir,  Aguero e Higuaín, Batistuta y Crespo, Albert Einstein y Stephen Hawkins, Ben Johnson y Carl Lewis, Sugar Ray Leonard y Roberto “Mano de piedra” Durán, Jackie Chan y Bruce Lee, Nadal y Federer, Asterix y Mafalda…
En fin….. nada, pero nada es satisfactorio para la gente.

Reclaman unidad, exigen concertación, no a la dispersión, y cuando tres líderes políticos deciden unirse en una sola candidatura, son lo peor que puede existir.

Nunca se podrá encontrar lo que buscan, pues no existe.

El fugitivo dice “buu” y todo el mundo tiembla. Histeria, pánico, miedo inexplicable.

Le encuentran el defecto a todo. Que “no tiene palabra”, cuando es más que evidente que la política, así como la vida misma, es dinámica y las circunstancias cambian. Todos tenemos derecho a cambiar de opinión, y más bien que lo hacemos. No imagino a un político que se quede petrificado mientras la realidad cambia. No serviría para nada, y sería criticado por no saber cuándo cambiar de opinión y avanzar.

Es llamativo ver como son criticados por detalles insignificantes, perdiendo la perspectiva de que estamos saliendo de un régimen que mató a cientos de bolivianos, despilfarró el futuro de nuestros hijos, degradó los valores de la sociedad a niveles casi irrecuperables, embargó el prestigio del país al narcotráfico, mintió y engañó con tal naturalidad que la mitad de los bolivianos sigue creyendo cualquier cosa.

La democracia es producto de la construcción, lenta y costosa, de una forma de vida para los ciudadanos. Los encargados de construirla somos precisamente los ciudadanos. No entendemos que cada día estamos siendo simplemente destructivos.

La lucha fue y es para recuperar la democracia. Expulsamos a un régimen que no aceptaba que alguien piense diferente. Hoy nos limitamos a ser cada uno, un totalitario de maceta, un dictador en miniatura, un rey chiquito dueño de la verdad, y al final seguramente el resultado será la suma de intransigencias, perdedora, frente a la disciplina impuesta sobre la ignorancia. Ellos están mejor, por que ellos no deliberan, simplemente acatan y obedecen.

Nuestro futuro y la democracia dependen de esta construcción. No esperemos nada bueno si todo lo que hacemos es demoler y destruir.


Hector Castro G.  *  01 Febrero 2020