Es 14 de febrero, el día de San Valentín. La norma social dice que es el día de comprar chocolates, flores y corazoncitos para ella, la enamorada o la esposa. En el exterior es una fecha que determina mucho valor comercial, que solamente es reducida si el 14 cae en fin de semana, cuando los restaurantes capturan el mercado.
Para mí,
esta fecha siempre fue de mucho stress, porque me dedicaba a producir rosas, y
la campaña de San Valentín era la que determinaba el éxito o el fracaso de todo
el año. Una buena campaña de exportación a Miami podía asegurar que pueda pagar
mi crédito todo el año. Pero cualquier problemita, en la producción, cosecha,
empaque, transporte aéreo o responsabilidad de los intermediarios o dealers en
Miami, determinaba que el año era malo.
Todo el
esfuerzo, operativo y financiero, estaba íntimamente ligado a la campaña de San
Valentín. Se podía vivir muy bien, o morir (lleno de obligaciones que
comprometían el patrimonio familiar) simplemente por el resultado de una
cosecha, la de San Valentín, que sea adecuada y llegue en buenas condiciones al
mercado indicado.
Todo este relato
está lleno de nostalgia, pues hoy vivimos una realidad que no permite pensar en
nada que pueda pretender alguna competitividad internacional.
Pensar en
exportar flores, o cualquier producto, que tenga que depender del incompetente
servicio de la estatal BOA es ridículo y absurdo.
Bolivia ha
renunciado a ser un actor en los mercados internacionales. No podemos ser algún
proveedor de bienes y productos que podemos realmente cultivar y producir,
gracias a nuestro clima, suelo, y todas las condiciones naturales y humanas que
tenemos como país.
El evismo y
el masismo han proscrito a Bolivia como un país competitivo. Nunca fuimos una
potencia, pero siempre tuvimos, y tenemos, el potencial para ser verdaderos
protagonistas en los mercados del mundo.
El problema
es que Bolivia se ha rendido a los discursos falaces e impostores. El famoso “antimperialismo”,
el cojudo “anticapitalismo”, y la desgraciada impostura de algunos cobardes: “Ni
una molécula de gas a Chile”, “El gas será un recurso estratégico para negociar
el retorno al mar”. Terminamos sin gas y sin mar (gracias, Carlitos Mesa, eres
un indecente).
La impostura
socialista y plurinacional, los húmedos deseos del maldito García Linera, la
reverenda ignorancia de Evo Morales, el oportunismo de Luis Arce, y la terrible
indecencia de todos los masistas que encuentran oportunidades en el poder, han
matado a Bolivia. Se tiene que señalar que son muchos los bolivianos que se
creen muy peines, que son impostores, que son opositores en Facebook, pero
votan por el maleante de Luis Arce porque creen que sabe de economía, aunque su
especialidad es la impostura, y la simple y barata delincuencia. Son ellos, los
calladitos, los que han regalado nuestra patria, y no tienen cara para afrontar
su cobardía. El voto duro del MAS siempre cuenta con el refuerzo de estos
cobardes.
Ojalá alguno
tenga el valor de comentar en esta publicación, pero está claro que no tienen la
valentía de hacerlo. Cobardes indecentes. Solo se dedican a atacar a Jeanine,
malditos mar1con3s.
Bolivia
tiene la posibilidad de salir de esta pesadilla, si los bolivianos entienden
que lo primero es recuperar la democracia, la libertad y el estado de derecho.
Para eso es necesario que dejen de tomar decisiones leyendo solamente titulares
de prensa y mensajitos de whatsapp. Que se informen de verdad, y que entiendan
que la responsabilidad de cada uno, la que definirá el futuro de sus hijos, va
más allá que creerse mucha cosa odiando a Juan Del Granado, y que entiendan de qué
se trata la iniciativa de reforma judicial.
Hacer el
ridículo no es ser patriota, pero muchos lo están haciendo, y lo hacen hace
tiempo. Es necesario informarse y entender. Reflexionar más allá de lo que los
medios te influyen, y razonar por tu cuenta. Hay que saber que vivimos tiempos
en que los intereses políticos hacen grandes esfuerzos para posicionar
consignas e intereses falsificados. Tenemos que saber resistir a estas
campañas, que son muy fuertes y parecen verídicas.
Atacar a
Jeanine solamente te hace ignorante, denota que no entiendes nada, o que tienes
intereses personales, igual que Carlos Mesa o Fernando Camacho. Murillo es tu
gran pretexto. Eres un masista más, pero alejado del poder. Eres otro destructor
de la patria, y no te has enterado.
Sé que mi
mensaje es desagradable, y sé que más de uno lo rechazará, pero así nomás es.
No pretendo popularidad. Mi mensaje es amargo, pero si no lo tragas no podrás
avanzar o entender. Bolivia es el reflejo de tu falta de valor para tragarte
esto, y el masismo tiene espacio porque tú se lo permites. Lo entiendes, no?