La lucha por el censo tenía que haber sido respaldada por la oposición en los 9 departamentos, pero hubo un impedimento. Nadie quizo aparecer como camachista. La falta de visión nacional de la dirigencia cruceña conspiró en contra. Nadie quiere verse como camachista.
Hoy, la
situación es distinta, pues la defensa de la democracia y la libertad se centra
en la defensa de Camacho y del abuso gubernamental. La defensa de Añez, de
Pumari o de Camacho es realmente la defensa de la libertad, de la democracia y
de la verdad histórica. De la convicción de que nunca hubo golpe, y que el
fraude fue la causa de muertes, impostura, mentira y engaño a la gente más
ignorante. Morales es el gran responsable.
Más allá de
cualquier complejo, achunchamiento o achicopalamiento. Defender a Camacho no es
distinto a defender a Jeanine, defender el régimen que tenía que deponer al
masismo. Pero Mesa, Camacho, y otros liderazgos marginales optaron por tomar
distancia. Fueron cobardes y cínicos. Añez, con el respaldo de un par de fuerzas
significativas podía deshacerse del masismo, podía constituirse en un nuevo
paradigma, sin espacio para indecentes como Murillo u otros oportunistas. Podía
cambiar la historia. La lucha de 21 días fue valiosa, pero nadie tomó en cuenta
el día 22. Todo el mundo se fue a casa, y a partir de entonces se dedicaron a
exigir, a presionar y a destruir a Jeanine.
Establecieron
sus egoistas prioridades, y en su estrecha mentalidad, construyeron a su nueva
enemiga, mientras el masismo se reagrupaba y se recuperaba de la mayor derrota
de la historia.
Mesa y
Camacho tenían que renunciar a sus antojos personales, aportar a la destrucción
del masismo, pero dejaron todo en manos de un gobierno precario, débil y sin
base política. No tuvieron las “pelotas políticas” para llevar adelante esta
complicada misión. Así de clarito. Que luego reclamen es indigno y cobarde.
Mesa exigiendo elecciones sin revisar el padrón, y Camacho, con funcionarios
corruptos, impuestos por la circunstancia, además entrando cada jueves por la
puerta trasera de Palacio, no son referente de la verdadera renovación moral
que Bolivia necesitaba.
Hoy le toca
a Camacho sentir el frío de Chonchocoro, le toca sentir la inhumanidad del
régimen socialista, le toca vivir la impotencia frente a imberbes abogados,
fiscales y jueces que escasamente saben leer, pero saben mucho de las
triquiñuelas legales, y que no tienen escrúpulos. Detención preventiva,
indefinida y cruel. Ahora le toca a él.
Jeanine está
presa, sufre la saña y la perversa insensibilidad de los comunistas. Hacen casi
dos años, sin que nadie se pronuncie o reclame por ella. Seguramente le da la
bienvenida a Camacho, que fue particularmente cobarde cuando le tocaba poner la
cara por Jeanine. Así nomás es. Hoy debe vivir en carne propia lo que su enorme
cobardía le permitió ignorar. Justicia divina.
Seguramente
no será muy popular mi comentario, pero tengo que hacerlo, solamente siendo
fiel a mi análisis y mi sentir. Camacho fue indiferente, soberbio y cobarde
cuando el régimen fue tras Jeanine, y ni que decir cuando apresaron a Marco
Pumari. Está claro que se equivocó al creer que su espalda política lo hacía
intocable. Talvez un poquito menos de soberbia, y algo más de solidaridad
podían darle algo de apoyo en su actual circunstancia. El pinche boludín de
Arce hace lo que le da la gana con el enorme Camacho. Quien lo hubiera creído.
La inmensa
victoria en las sub nacionales le permitió ilusionarse con una inmunidad que era
bastante creíble. Más del 55%, a falta de oponente valioso. Su falta de
gestión, su actitud de caudillo de barrio, su enorme falta de visión estadista,
sus limitaciones intelectuales y los avatares que le fueron creados ante a la valiosa
y necesaria lucha cruceña, casi indiferente de su artificial figura, y después de
la torpe estrategia en la lucha por el censo, revelan la realidad.
Camacho es
solamente lo que supo ser, lo que en verdad proyectó. Un liderazgo histriónico,
estridente, aparatoso pero sin trascendencia, muy resignado al modelo populista
que el socialismo trataba de imponer, sin mejores ideas, sin ninguna iniciativa
que lo diferencie del esquema de la izquierda narcosocialista. No se puede hacer
locro de palta, majau de chuño o extraer jugo de naranja de una piña.
Está claro
que la izquierda le da la zurda a la derecha en términos de habilidad política.
Camacho es la vanguardia de la derrota, Calvo es su “comodín”, que tal? Es
lamentable que los actuales liderazgos políticos cruceños no muestren ninguna
perspectiva diferente. Que pobreza!!!
Lo que es
muy interesante destacar es que los liderazgos empresariales son muy distintos.
Su discurso es moderno, inteligente, constructivo y muy valioso. Demuestran una
verdadera renovación. Si esto se suma al valor de la intelectualidad cruceña,
hay mucho que rescatar en la ilusión y esperanza de que la región destinada a
conducir la política y la economía del país estarán a la altura requerida.
Bolivia va a
dirigirse a Santa Cruz como centro político y económico. Esto está muy claro,
salvo que la impostura demagógica del federalismo logre imponerse, al menos en
su discusión, fomentada tanto por la tentación separatista de fanatismos
cruceños, como por la estrecha visión andino centrista que pretende sostener un
absurdo centralismo hegemónico.
En
condiciones naturales y razonables, Bolivia va a dirigirse al oriente,
particularmente a Santa Cruz, va a concentrar su economía, población y su peso
político en esta región. Si no se impone ningún fanatismo, cambas, collas,
chapacos y todos los demás, estaremos tranquilos y contentos con esta nueva
realidad. Bolivia podrá ser un estado unitario, soberano, libre, independiente,
solidario, descentralizado y autonómico, como hemos anhelado siempre.
Santa Cruz
es Bolivia, y Bolivia es Santa Cruz. Camacho es una figura importante, pero no
es determinante para la unidad nacional. Lo que sí es vital es el respeto por
la Constitución y las leyes. Luis Fernando Camacho y sus errores, Jeanine Añez
y sus metidas de pata, son muchísimo más valiosos y patriotas que el fiscal Omar
Mejillones, los jueces Andres Pacheco, Regina Santa Cruz, Andres Zabaleta, o Armando Zeballos, que el sub
procurador (pega mujeres) Calleb Kremor Vargas, el ministro Iván Lima o el
procurador Wilfredo Chavez, que no tienen el más mínimo escrúpulo para
prostituir las leyes, el debido proceso, y finalmente el estado de derecho. En
verdad son agentes del caos y se dedican impunemente a destruir el imperio de
la ley, base fundamental de la democracia y la república, pinches tinterillos
(no pierdo el tempo mencionando a sus operarios y jornaleros, los que aparecen
en las audiencias y firman los memoriales, pues me da pena lo que sus madres
podrían sentir).
Tengo la
legitimidad de no haber atentado nunca contra mi patria, de no haber sido
funcionario corrupto, de no haber sido parte de ninguna mafia, y de ser
solamente un ciudadano de a pie, sin cola de paja, y muy rico, riquísimo, por
tener la conciencia tranquila y la moral tan alta como para apuntar con el dedo
a los indecentes que se hacen ricos a costa de la patria.
No sé tanto
de sus mañas, pero sé lo suficiente como para denunciarlas, Sinverguenzas !!!
Hector
Castro G. * 31 diciembre 2022