lunes, 12 de diciembre de 2022

Di María y Modric

 Angel (Fideo) Di María

"Teníamos 9 ó 10 años, que es la edad perfecta para embolsar carbón, porque lo podés transformar en un juego", contó en la carta. Su padre trabajaba de eso, y recibía la ayuda de Fideo y su hermana. "Con eso comíamos, y de esa forma mi padre nos salvó de que nos sacaran la casa", es que Miguel, su padre, confió y puso su hogar como garantía para un negocio de un amigo, pero éste dejó de pagar y desapareció, por lo que "se encontró ahogado teniendo que pagar por dos casas y encima tener que alimentar a nuestra familia".

"Por eso, yo al fútbol le debo todo". ¿Y cómo comenzó en el deporte? Su madre, Diana, se estaba volviendo loca con su hijo hiperactivo, "no paraba de correr", y un pediatra le recomendó que hiciera fútbol. Al tiempo de romperla en su club de barrio, comenzó a ir a las Inferiores de Rosario Central. El predio quedaba a nueve kilómetros de su casa, y como no tenían auto, la madre pedaleaba con su bicicleta todos los días para llevar a Ángel al entrenamiento.

"Imaginen esto: una mujer andando en bicicleta por todo Rosario, con un pibe atrás y una nenita adelante, más un bolso deportivo, con mis botines y algo de comer, en el canasto de adelante. En subida. En bajada. Pasando por los barrios más difíciles. Bajo la lluvia. En el frío. De noche. No importaba. Mi mamá sólo seguía pedaleando", contó Fideo.

Es pertinente señalar que Di María se unió al club local Rosario Central en 1995 (después de haber sido notado a la edad de siete años jugando para un pequeño equipo local y comprado a cambio de 30 balones de fútbol) y se graduó de la academia juvenil en 2005.

En el año 2002 debuta en el torneo de inferiores de la Asociación de Fútbol Argentino, y en el año 2005 pasa a formar parte del primer equipo del club, siendo transferido, en el año 2007, al SL Benfica de Portugal.

En el año 2008 es convocado para formar parte de la Selección de Argentina, así como también para que participe en los Juegos Olímpicos de Pekín.

En el año 2010 es fichado por el Real Madrid, en España, y en el año 2011 es convocado por su país para jugar la Copa América.

Hoy juega para su selección nacional, probablemente su último mundial, luchando contra su fama de lesionarse en instancias importantes, pero cada vez que pisa el campo de juego marca una diferencia que solo los grandes pueden marcar.

Luka Modric

"Luka vio con sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. No tuvieron otra opción que huir a Zadar para no ser asesinados a través de los bosques y las montañas", revelaba en un vídeo emitido por Antena 3 Josip Bajlo, el director deportivo del NK Zadar, el equipo donde se formó el centrocampista.

Modric se convirtió en un refugiado y vivió junto a sus padres en el hotel Kolovare de Zadar durante siete años. Fue en estas difíciles circunstancias cuando Modric empezó a jugar al fútbol, sobre todo en el aparcamiento de su improvisada residencia. En 1992 ingresó a la vez en la escuela primaria y en una academia deportiva, pagada con el poco dinero que tenía la familia.

Fue el Tottenham Hotspurs el que, por 21 millones de euros y gracias a la insistencia del entrenador español Juande Ramos, puso a Luka Modric en el escaparate internacional. En 2012 llegaría su fichaje por el Real Madrid por 30 millones de euros. Una incorporación que no fue fácil, ya que tuvo que declararse en rebeldía para que su club le permitiera aterrizar en España.

Otra vez es el estandarte de su selección, jugando instancias de privilegio en una Copa Mundial.

Fideo y Luka, Luka y Fideo, dos grandísimos futbolistas, pero más importante… dos grandes seres humanos, que son verdaderos ejemplos de valor y pasión por lo que hacen.

Que lindo es el fútbol. Que grande es la riqueza que reside en la personalidad humana.

Gane Argentina o gane Croacia, lo mejor es que ganará la humanidad, siempre y cuando seamos capaces de reconocer el esfuerzo, el valor y el gran tesoro que esconden estos dos, entre otros, ídolos del fútbol y la humanidad.

Hector Castro G. * 13 de diciembre de 2022

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