Angel (Fideo) Di María
"Teníamos 9 ó 10
años, que es la edad perfecta para embolsar carbón, porque lo podés transformar
en un juego", contó en la carta. Su padre trabajaba de eso, y
recibía la ayuda de Fideo y su hermana. "Con
eso comíamos, y de esa forma mi padre nos salvó de que nos sacaran la
casa", es que Miguel, su padre, confió y puso su hogar como
garantía para un negocio de un amigo, pero éste dejó de pagar y desapareció,
por lo que "se encontró ahogado teniendo que pagar por dos
casas y encima tener que alimentar a nuestra familia".
"Por eso, yo al fútbol le debo todo". ¿Y cómo comenzó en el deporte? Su madre, Diana, se estaba
volviendo loca con su hijo hiperactivo, "no paraba de
correr", y un pediatra le recomendó que hiciera fútbol. Al tiempo
de romperla en su club de barrio, comenzó a ir a las Inferiores de Rosario
Central. El predio quedaba a nueve kilómetros de su casa,
y como no tenían auto, la madre pedaleaba con su bicicleta todos los
días para llevar a Ángel al entrenamiento.
"Imaginen esto: una mujer andando en
bicicleta por todo Rosario, con un pibe atrás y una nenita adelante, más
un bolso deportivo, con mis botines y algo de comer, en el canasto de adelante.
En subida. En bajada. Pasando por los barrios más difíciles. Bajo la lluvia. En
el frío. De noche. No importaba. Mi mamá sólo seguía pedaleando", contó Fideo.
Es pertinente señalar que Di María se unió al club local
Rosario Central en 1995 (después de haber sido notado a la edad de siete años
jugando para un pequeño equipo local y comprado a cambio de 30 balones de
fútbol) y se graduó de la academia juvenil en 2005.
En el
año 2002 debuta en el torneo de inferiores de la Asociación de Fútbol Argentino, y en el año 2005 pasa a formar parte del primer
equipo del club, siendo transferido, en el año 2007, al SL Benfica de Portugal.
En el año 2008 es convocado para formar parte de la Selección
de Argentina, así como también para que participe en los Juegos
Olímpicos de Pekín.
En el año 2010 es fichado por el Real Madrid, en España, y en el año 2011 es convocado por su país
para jugar la Copa América.
Hoy juega para su selección nacional,
probablemente su último mundial, luchando contra su fama de lesionarse en instancias
importantes, pero cada vez que pisa el campo de juego marca una diferencia que
solo los grandes pueden marcar.
Luka Modric
"Luka vio con
sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. No tuvieron otra opción que
huir a Zadar para no ser asesinados a través de los bosques y las
montañas", revelaba en un vídeo emitido por Antena 3 Josip Bajlo,
el director deportivo del NK Zadar, el equipo donde se formó el centrocampista.
Modric se convirtió en
un refugiado y vivió junto a sus padres en el hotel Kolovare de
Zadar durante siete años. Fue en estas difíciles circunstancias cuando
Modric empezó a jugar al fútbol, sobre todo en el aparcamiento de
su improvisada residencia. En 1992 ingresó a la vez en la escuela primaria y en
una academia deportiva, pagada con el poco dinero que tenía la familia.
Fue el Tottenham Hotspurs el que, por 21
millones de euros y gracias a la insistencia del entrenador español Juande Ramos, puso a Luka Modric en el escaparate internacional. En 2012 llegaría su fichaje por el Real Madrid
por 30 millones de euros. Una incorporación que no fue fácil, ya que tuvo
que declararse en rebeldía para que su club le permitiera aterrizar en España.
Otra vez es el estandarte de su selección,
jugando instancias de privilegio en una Copa Mundial.
Fideo y Luka, Luka y Fideo, dos
grandísimos futbolistas, pero más importante… dos grandes seres humanos, que
son verdaderos ejemplos de valor y pasión por lo que hacen.
Que lindo es el fútbol. Que grande es la
riqueza que reside en la personalidad humana.
Gane Argentina o gane Croacia, lo mejor es
que ganará la humanidad, siempre y cuando seamos capaces de reconocer el
esfuerzo, el valor y el gran tesoro que esconden estos dos, entre otros, ídolos
del fútbol y la humanidad.
Hector Castro G. * 13 de diciembre de 2022
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