jueves, 3 de octubre de 2019

EL BOLIVIANO QUE NO ES CAPAZ DE DECIR NO

La vida y el destino me han llevado por gran parte del país por razones familiares, laborales y de esparcimiento. En el camino tuve la posibilidad de interactuar con los bolivianos y su diversa idiosincrasia. No soy un académico, pero me gusta mirar, escudriñar, evaluar, conocer, y hasta ser insoportablemente inquisitivo.

Nací y crecí en Oruro. En algún momento de mi infancia tuve un amigo, ayudante de mi padre, llamado Raúl. Un joven de 18 años, que conservaba el corte de pelo de su reciente servicio militar en el regimiento Camacho. Oriundo de Poopó, escasamente alfabeto, muy buena onda. Me enseñó a manejar bici, y seguramente este es el anclaje de algunos recuerdos muy vivos.

Mi familia emigró a Cochabamba, apenas saliendo de la hiperinflación terrible en el retorno de la “maravillosa democracia”, dejando atrás el oscuro periodo de “orden, paz y trabajo”.

Poco tiempo pasó para que conozca a Clara y Bella, mis primeras vaquitas, holando-uruguayo-criollas, tomé contacto con la tierra, el suelo más concretamente, y me dedique a labores agrícolas en el Morro de Iquircollo. Recuerdo a Celedonio, Fanor, el “pillo”, el Willy, el Jesuco, y doña Sofí, mis colaboradores. Personajes que trabajaban como Superman el sábado, cobraban los jornales,  desaparecían el domingo y lunes, y el martes resaqueaban como lagartijas al sol.

Recorrí varias veces los valles cochabambinos, comprando y vendiendo insumos, productos, agroquímicos, etc. Interactuaba con muchos vallunos en época de estiaje, recorriendo a pie, de día y de noche el Sistema de riego No. 1. Azadón al hombro, kilómetros y kilómetros, limpiando basura de los canales y vigilando que nadie se lleve el agua que no le tocaba.

Recuerdo a personajes pintorescos como el Qanchis poncho, el T´ogo ñahui, el alkho simi, y el Pili chaki. Que tipos buena onda. Siempre tenían un casquito para invitar a quien trabajaba, pero cuidado!...si necesitaban agua de la acequia se convertían en lo que sea necesario convertirse. Los puñetes eran tan frecuentes como los machetazos.

Mis actividades agrícolas me llevaron a emigrar al trópico cochabambino, a ver qué pasa con el desarrollo alternativo, cultivar piñas, palmitos y “bastones del emperador”. La gente es básicamente la misma que conocí antes en mi vida. Altiplánicos y vallunos. La idiosincrasia era distinta. Era imposible competir con los emolumentos de las pozas de esos tiempos. Hoy usan licuadoras y microondas.

Encontré que el boliviano criollo (no es más indígena) es un luchador. Lucha por su propio bienestar y el de su familia, a menos que deba luchar contra su familia, pero ese es otro tema. Tiene muy poco sentido comunitario, ya no existe el concepto de “ayllu”, y el verdadero derrotero del individuo es ganar más que el vecino, no importa cómo.

No es un ciudadano que tenga mucho interés en su hábitat, en la calidad de vida de su sociedad, ni está muy dispuesto a dar un paso al frente para liderar su colectivo en pos de objetivos comunes.

Esta percepción me tiene pensativo hace tiempo. El circunstancial habitante del chalé de San Jorge es un típico personaje de estos que tanto vi en mi vida. De acuerdo, tiene una formación particular en actividad sindical, es marxistoide, corrió el proceso entero del Alba, progresismo, socialismo XXI, etc. Tiene asesoramiento y conducción permanente de la inteligencia cubana, venezolana, Podemista, y otros “elementos de consignas foráneas”.

Pero….es posible dejar la esencia en el camino? Estará tan convencido de que el continuismo es lo más indicado en su proyecto personal e íntimo? No será más tentador retirarse, como dijo, con su quinceañera a su chaco, o a cualquier lugar? Cuanto pesan los intereses del entorno? Cuanta presión hay del ámbito internacional? Que disposición habrá de los cárteles que sabemos, para dejar de tener semejante influencia en un país tan bien ubicado?

No sé, muchas preguntas que seguramente no conoceré nunca la respuesta.
Escucharé a mi t´inkaso, seré bueno, y NO votaré por él.


YO NO PUEDO COMPRENDER ….


Hector Castro G.  *  3 Oct 2019

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