sábado, 20 de febrero de 2016

LOS GOBIERNOS DEBEN SER DE LEYES MAS QUE DE HOMBRES


Estoy cansado de este debate intrascendente. Hasta cuando entenderemos que el país merece mejores actores, con mejores discursos, que promuevan el verdadero desarrollo, y el verdadero crecimiento del país?

El actual régimen ha tenido luces y sombras, es cierto, y debemos reconocerle algunos logros. Quienes ocuparon el palacio de gobierno en el pasado también lo hicieron. El problema es que las sombras opacan absolutamente a todas las luces. El balance es invariable y lamentablemente negativo.

Unos con la oscura privatización,  y la capitalizaciòn con una ley distinta a la que plantearon al electorado. Los otros que se deshacen en discursos de nacionalización, cuando la realidad es contundente y demuestra que nunca ocurrió.

Pareciera que nadie cree que el gobierno de hoy, y el actuar de la población en general està formando el futuro. La base moral, institucional y económica para la vida de nuestros hijos y nietos se define ahora. Mientras tanto, estamos sumergidos en una agenda de culebrones, escandaletes, corrupción de unos y de otros, y el socavado permanente de los valores y la moral, imprescindibles para comenzar a pensar en un estado sostenible y mínimamente adecuado para la sobrevivencia y el desarrollo de Bolivia.

A este paso, las próximas generaciones deberían ser expertas en diferenciar la derecha de la izquierda, y de la izquierda que actùa con derechismo, de la derecha que actùa de la misma manera. De la izquierda que no actùa, y de la derecha que se acomoda a la izquierda con discurso de derecha, y de todas las combinaciones posibles. Mucho temo que este conocimiento no les darà de comer.

Crear ídolos en el poder, y fantasmas en la oposición no nos ha llevado a ninguna parte. Porque pensar que el futuro será diferente, si continuamos en esta misma lógica?

Estamos a escasos días de un referéndum que no debería tener lugar, pero lo tiene. Vamos a decidir si cambiamos la ley de leyes, para que ese cambio permita una prolongación en el poder de quienes creen ser irremplazables. Esto no es democracia. La democracia es por definición el imperio de la ley.

Votarè NO, lo que no significa de ninguna manera, que mi voto vaya a los líderes del pasado. 

Mi voto es un acto de convicción de que “LOS GOBIERNOS DEBEN SER DE LEYES MAS QUE DE HOMBRES”.

Hector Castro G.  *  20 Feb 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario