miércoles, 6 de octubre de 2021

ES BRILLANTE !!!

La tragedia económica que vive el país desde siempre se basa en la diminuta capacidad productiva, la inexistente competitividad o la ausencia de Bolivia como actor económico y comercial en el ámbito regional y mundial.

La explicación a nuestra supervivencia como país fueron las épocas de alza en los precios de las materias primas, nuestros recursos naturales, que a pesar de malas administraciones, corrupción, robo descarado y muchas otras barbaridades, representaron ingresos para las arcas del país suficientes como para no morir.

La última bonanza, además de haber sido generosa en extremo, tampoco fue utilizada de manera responsable. No se invirtió en la creación de un aparato productor o en el mecanismo de agregar valor a nuestras exportaciones. Más allá del mentiroso relato de un gobierno funesto, no se hizo nada verdadero en la famosa industrialización. Construir una planta con sobreprecio en un lugar inadecuado, sin provisión natural de materia prima, y lejos de los mercados, lógicamente tiene como resultado su inviabilidad, aunque sean cientos los voceros que defienden Bulo Bulo como obra estrella de la industrialización.

Además de este absurdo despilfarro, imposible de considerarse inversión, hay varios otros de menor envergadura, pero de más o menos las mismas características. Es imposible encontrar, aun siendo generoso, algún emprendimiento exitoso generado por el estado en los últimos 15 años.

Bolivia ha dejado de ser competitiva incluso en su propio mercado interno. La demostración de este extremo es la enorme presencia de productos de contrabando en todo el país, en desmedro de la producción local.

El mantener fija la tasa de cambio de la moneda nacional hace que seamos un mercado muy interesante para nuestros vecinos, y que el aparato productivo nacional tenga cada vez menos posibilidades de competir.

La ideología y la sumisión a un esquema “socialista” que intenta imponerse en la región, también consigue poner piedras en el camino de la competitividad. Cupos de exportación, restricción de precios, etc.

El sector gremial informal, el que comercia en las calles es el que más ha crecido en las últimas décadas. Por el contrario, el sector productivo, industrial, manufacturero, agrícola, etc. ha sido el más restringido y perjudicado, por medidas absurdas del ex ministro “genio” de la economía, que ahora sufre frustrado el resultado de sus inventos.

El tamaño de su inteligencia es tal que hoy, que algunos afirman que es presidente, tiene al país polarizado, conflictuado y en vísperas de reventar, con imprevisibles consecuencias. Todo como resultado de un proyecto de ley que atenta y provoca la reacción de todos los sectores de los cuales depende la economía nacional, nada menos.

Era comprensible, aunque inaceptable, que se mantenga la tasa de cambio artificial, la subvención de los carburantes, y el déficit fiscal causado por la excesiva carga del sector público (agencia de empleos), pues modificar estas condiciones causaría el rechazo y la protesta de sectores muy importantes y determinantes para la estabilidad política y económica. En cambio, mantener la política económica y fiscal así nomás, solo perjudica al “perverso” empresariado, al silencioso agricultor campesino, y en general, al aparato productivo, que “puede aguantar nomás”.

A días de iniciar las protestas, el “genio” de las finanzas y pre candidato al Nobel, decide retirar la consideración de la famosa ley. Lo hace tarde y lo hace mal, pues se carga a la espalda el costo político y de popularidad probablemente parecido a lo que sería sincerar la economía, reducir subvenciones o despachar masistas a la calle, con verdaderos beneficios para el país.

No es fácil entender que a 11 meses de gobierno, tenga el desgaste de 5 años, y tampoco es fácil pensar que pueda sobrevivir a los 4 años que tiene por delante. Lo que si debo confesar es que creo que tiene un ás bajo la manga, una tarjeta “get out of jail free” como la del Monopolio, y que nadie más la tiene. Puede renunciar, aducir problemas de salud, alejarse y desaparecer, además de mostrarse como víctima, pobre Luchito.

No sé si ha llegado la hora, pero estoy seguro de que está muy cerca, de que termine esta farsa, de que los bolivianos dejemos de escuchar mentiras, de que nos unamos todos, y erradiquemos de una vez por todas a esta plaga de impostores y delincuentes, azulitos o del color que elijan.

Bolivia es grande, es diversa, es unitaria y es digna. Lo demás es cuento de politiqueros, que afortunadamente ya se van !!!

 

Hector Castro G. * 06 Oct 2021

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