lunes, 27 de enero de 2020

LA SABIDURIA POPULAR Y EL ANALFABETISMO POLITICO


Durante las protestas por el 21F, la indignación por los incendios en la Chiquitania, y especialmente durante la revolución de las pititas, la voz que sonaba y que hizo el ruido suficiente para conseguir la salida del dictador fue la voz de la gente.

No hubieron partidos ni dirigentes políticos que sean representativos o asuman en alguna medida las demandas de la sociedad. No sé si les quedaba otra opción. Ninguno tenía, ni tiene, la capacidad de movilizar a la gente como ocurrió. Ni siquiera el candidato más votado el 20 de octubre, hubiera podido desmovilizar a la ciudadanía en caso de intentarlo.

El 20 de Octubre, fue la prueba más clara de que los partidos políticos con personería jurídica son simplemente siglas, y no portadores de ninguna representatividad. Las fallidas elecciones primarias les dieron un poquito de aire, pero no les alcanzó para ser protagonistas. De no ser por la anulación de las elecciones, el MNR, UCS, y otros hubieran perdido la personería. Un par de partidos salvaron la sigla por haber conseguido un buen “alquiler” y sus candidatos les consiguieron los porcentajes que permiten su subsistencia.

A partir de la convocatoria a nuevas elecciones, sin Morales como candidato, con la certeza de transparencia y cortes independientes, la escena política mostró, una vez más, que no existe ninguna voluntad de concertar para construir frentes sólidos, pese a que ninguno de los candidatos sea capaz de convencer al 25 % del electorado, lo que hace que todas y cada una de las propuestas sean enclenques y muy susceptibles a cualquier “empujoncito”.

No sorprende ver a los candidatos y sus operadores protestando vehementes por la candidatura de Jeanine Añez, pues está claro que les quita a todos al menos una porción de su potencial electoral. En algunos casos hace la diferencia para llegar a la segunda vuelta, y en otros puede  determinar la supervivencia como organización política.

Reclaman que esta candidatura aprovecha la situación de Presidenta, pero todos sabemos que Mesa, Camacho y Tuto, a su turno también subieron a la cresta de la ola usando la circunstancia. No hay angelitos, y está mal que cobardemente busquen manipular a la gente. No tienen autoridad para hacerlo. Ese chauvinismo oportunista y de conveniencia le hace daño a nuestra democracia. Estoy seguro que si alguno de ellos hubiera logrado pactar con Jeanine su discurso sería distinto. Algunos lo hacen demasiado evidente.

La ciudadanía se manifiesta en redes sociales, por ahora el medio de mayor legitimidad, en favor de la candidatura de Añez, al menos en una proporción importante. De hecho, iguala, si no supera las proyecciones de los mejores posicionados en las generalmente vergonzosas encuestas (ni modo, son el único instrumento que tenemos a mano).

Podrá mejorar o reducir su caudal votante, podrá mejorar o disminuir su imagen ante la ciudadanía. Está por verse y no sirve de nada especular al respecto.

La discapacidad de los políticos de ver y escuchar a los ciudadanos es increíble. Nunca fueron capaces de cotejar sus “encuestas” vs. la convocatoria a los cabildos en todo el país. No fueron capaces de ver cuanta fuerza tenían las agrupaciones ciudadanas, comités cívicos, y otras organizaciones, y volvieron a darle aire a las siglas del pasado, sin preguntarse siquiera porque estaban agonizando?

La diferencia entre el tamaño de los partidos y el tamaño de los candidatos es enorme. La distancia entre lo que pregonan los candidatos y sus fórmulas, con las demandas y aspiraciones de la ciudadanía, son inconmensurables.

Mi cumpita Ewin acertadamente decía: “El pueblo es sencillo, piensa con el corazón y vota en general por instinto pero también es manipulado por los polítiqueros”
Creo que ha llegado el momento en el que los polítiqueros ven perdida su  capacidad de manipulación. El pueblo está cansado de ver la misma película de siempre. Que un coreano reciba votos para llegar a ser el tercero debe llamarnos profundamente la atención (no tengo ninguna tendencia xenofóbica).

Se busca urgentemente un “outsider”, y aparece la probabilidad de encontrarla adentro, muy adentro del gobierno. Hace tres meses ningún partido hubiera pensado en Jeanine Añez como su candidata, ni por ser mujer, ni por ser beniana, ni por ser de área rural, ni por ninguna razón.

Es outsider, pero tuvo la oportunidad de probar que puede ser presidenta y que tiene capacidades extraordinarias frente a los candidatos del establishment, de izquierda o derecha.

No se puede negar que cada candidato tiene virtudes y hasta buena voluntad. El problema son sus defectos. Ahora muestran claramente que sin haber ganado nada, son malos perdedores. La gente está cansada de ellos. Y ellos, patéticamente…..no saben leer.

Hector Castro G. *  27 Enero 2020

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