Una muchacha
que se trasladaba en bicicleta fue atropellada por un camión, conducido por
alguien inexperto e irresponsable. Intentó darse a la fuga, pero fue capturado
por dos valientes y ágiles jóvenes, quienes tuvieron la voluntad y entereza
para mantener una larga persecución, y poner a buen recaudo al criminal
conductor.
La víctima
presenta múltiples golpes y magulladuras, pero lo más preocupante es una severa
lesión en la columna vertebral.
Necesita con
urgencia una cirugía muy delicada, por lo que los vecinos y familiares de la
señorita se organizaron para encontrar a los dos jóvenes que capturaron al
chofer prófugo.
Se conoce
que uno de ellos es abogado, y el otro es dirigente sindical. Ninguno es
médico, pero su actitud desprendida, su valentía, estado físico, y
especialmente su determinación al perseguir al delincuente dio la pauta y hasta
el convencimiento de que ellos son los indicados para llevar a cabo la cirugía
de columna vertebral.
Si bien las
acciones de estos dos muchachos merecen todo el reconocimiento, felicitación y
agradecimiento de la comunidad, es imprescindible tener presente que ninguno de
sus extraordinarios atributos los califica para cumplir la labor de un
cirujano.
El estado
actual de la muchacha es de verdad delicado. Cualquier error o mala práctica
tendrían consecuencias terribles para el futuro. Su calidad de vida y hasta su
propia subsistencia están en juego.
Hagamos
votos por que la comunidad recupere la cordura, busque de manera responsable y correcta
a quien tenga la experiencia, el conocimiento y la preparación para darle a
esta señorita la posibilidad de vivir una vida normal, que tenga la oportunidad
de perseguir sus sueños, y que logre ser
grande, como merece y como fue soñada desde 1825.
Hector Castro
G. *
28 Noviembre 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario