sábado, 9 de noviembre de 2019

MAÑANA SERÁ OTRO DIA


Después de una jornada sui generis, con violencia artificialmente provocada por los cada vez menos activistas y subversivos “masistas” (Es un decir. No tienen realmente identificación con el partido. Tienen contrato) y con límites alcanzados en la policía boliviana (no está claro si hubo algún plazo incumplido en las demandas de los efectivos, o simplemente llegó la gota que faltaba), la población celebró de manera improbable el motín policial, que comenzó en Cochabamba, cerca de las 18, y paulatinamente se sumaron las demás guarniciones del país.

Simultáneamente las redes se inundaron de elementos de psicosis por la movilización de las FFAA. Era tal la ida y vuelta de audios, anuncios, advertencias, y trascendidos, que hasta los propios conspiradores quedaron mareados.

En un universo paralelo y distante, el gobierno minimizaba el motín, la diplomacia denunciaba, otra vez, el intento de golpe de estado. Los jefes policiales competían por el mejor blooper del día. Entre el comandante general que no se había enterado de nada, y el comandante de algún departamento, que salió a declarar "normalidad" frente a la prensa, mientras sus policías le cerraban la puerta a sus espaldas, y declaraban el motín, "ao vivo".

El liderazgo opositor nacional pasaba por una crisis de berrinchitis, que no analizaré ahora. Pienso que mañana encausarán diferencias y se ubicarán en la responsabilidad que asumieron y que no pueden darse el lujo de fallar.

El papel que le toca jugar a las fuerzas armadas es el tema delicado ahora. Hay rumores de que durante la noche retomarán las guarniciones policiales, que saldrán a desbloquear y tomar el control de las ciudades, que estado de sitio, militarización, y no sé cuántas cosas más.

No imagino para que retomarían cuarteles de policía, y la tremenda batalla que se armaría. El país se quedaría sin policía y sin ejército. Esa es una confrontación que tiene consecuencias incalculables. Es mejor no provocarla nunca nunca jamás.

Que tomarán las ciudades y desbloquearán todo? es factible. Lo que no imagino es como sostienen el control a partir de mediodía, cuando la ciudadanía reaccione, y bloquee otra vez. Baleadura en cada punto de bloqueo? conscriptos de 18 años con munición letal?
Los estados de excepción, habituales en gobiernos de facto, y presentes en algunos momentos de democracia, eran efectivos por que la verticalidad, subordinación y constancia, etc. existían. La cadena de mando era sólida.

Actualmente es frágil, es artificial, y seguramente se desmorona bajo algo de presión. Muchos valores y principios, sagrados para los militares de honor, han sido prostituidos por el poder político, imponiendo consignas completamente antagónicas. El efecto lógico es la rebeldía contenida en cada cuadro.
No encuentro que hayan generales que estén dispuestos, prebenda y todo, a salir a matar por encargo, sin que exista una situación verdadera de subversión o de caos en el país. No podrán justificar acciones irracionales cuando enfrenten a la justicia. Lo saben, y no son suicidas.

El verdadero escenario que vivimos es el mismo de siempre. Una estrategia comunicacional muy bien ejecutada. Tienen 15 años de manejar la agenda noticiosa, la percepción de la ciudadanía, y lamentablemente las emociones y sentimientos del boliviano de a pie. Si algo hace bien este régimen perverso es comunicar, crear mitos, crear post verdad, crear enemigos, y conducir el imaginario colectivo por donde le convenga a sus intereses.

Al final de cada día, el tráfico de mensajes en redes sociales aumenta muchísimo. Llegaron muchocientos por aquí, otros miles están refugiados allá y atacarán a tal hora, y crece la psicosis de manera que no podamos dormir tranquilos. Al día siguiente nada es como amenazaron, pero ya perdimos la capacidad de análisis, y nos sentimos aliviados por que no fue tan serio como imaginamos. A continuación, comienza el ciclo otra vez.

No quiero minimizar lo que ocurre. Intento mantener alguna objetividad y mostrar que nos usan muy bien para viralizar mensajes, provocar nuestros peores pensamientos, y contagiar temor entre nosotros.

El respaldo real y efectivo que tiene el régimen es cada día más pequeño, la tensión y la crisis interna es inevitable. La caída es irreversible, y nos plantea grandes desafíos a futuro, pero antes...nadie se cansa !!! nadie se rinde !!!



Hector Castro G. * 09 Noviembre 2019

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