Alguien puede garantizar la transparencia e idoneidad en el
trabajo de las encuestadoras? Hay alguna autoridad que efectivamente fiscalice
los procesos de encuesta y de manejo de los resultados? Podemos pensar que estas
empresas tienen al menos un prestigio que poner en juego?
A diferencia del espectáculo montado por Unitel, propietaria
circunstancial de “la verdad absoluta”, haré algunos comentarios en base a la
información difundida como “oficial” durante el último mes, sin considerar
ninguna distinción entre empresas encuestadoras, medios de comunicación o
financiadores.
La encuesta publicada por Página Siete el pasado 18 de Agosto
(realizada entre el 6 y el 11 de Agosto) mostraba un empate entre los dos
primeros en 23%.
Cuatro semanas después, es decir, posterior a las
movilizaciones masistas, el bloqueo del oxígeno, el escándalo por las denuncias
de estupro y pedofilia de su jefe, etc. el candidato del Mas sube tres puntos y
aparece con 26,2%. El segundo, Carlos Mesa, sin nada que destaque en pro o en
contra, cae 6 puntos y aparece con 17,1%.
Tuto Quiroga, que ha tenido mucha presencia en las redes en
el último mes, no ha recibido ataques directos de nadie, y se ha adelantado a
los demás presentando planes de gobierno, baja de 3 a 2,5%. De cualquier forma,
no creo que esos porcentajes reflejen ni de lejos su preferencia en el
electorado.
Encuentro a mucha gente observando que la cantidad de personas
encuestadas no sería la suficiente (alrededor de 2,300), pero entiendo que hay
explicaciones técnicas que justifican ampliamente esta práctica. Lo que nadie
dice es que toda la información publicada proviene del trabajo, bueno o malo,
de una empresa que solo requiere estar inscrita en el Órgano Electoral para ser
legal y autorizada.
Por la situación extraordinaria en el tema sanitario, ahora
las encuestas son telefónicas. Extrañamente, y luego de múltiples observaciones
efectuadas a la anterior encuesta, la de Mercados y Muestras para Página Siete,
por el misterioso “padrón” telefónico que utilizaron, la reciente encuesta de
CiesMori tampoco transparenta esa información.
He recibido por Whatsapp una encuesta realizada por medio de
Google Forms, que tiene resultados completamente distintos. No tengo
información sobre el responsable de la encuesta, el público al que llegó, ni el
ámbito geográfico, por lo que podría ser poco confiable, pero no dista mucho de
las que son publicadas oficialmente por los medios de comunicación. Si bien
estas mencionan en su ficha técnica varios datos, no tengo ninguna certeza de
que sean verídicos, y por los resultados me resulta muy fácil desconfiar de
todo lo publicado.
Es lamentable que los bolivianos seamos tratados como un
rebaño de seres ignorantes, que periodistas de prestigio se presten a analizar
estas encuestas y crear opinión pública basada en nubes de humo, y que medios
de comunicación que se suponen serios se dediquen al montaje de espectáculos
más propios de la Tv basura que de la importancia y trascendencia que tiene
esta información para el electorado.
Lo que es evidente es que hay un presupuesto muy grande para
el espacio en televisión. Las empresas encuestadoras no tienen nada que perder,
el efecto salvavidas que los resultados le dan al Mas en esta oportunidad, me
llevan a pensar razonablemente que es un negocio de mucho dinero y ninguna
ética. No soy afecto a acusar, ni siquiera sospechar sin fundamento. Soy un
convencido de que se debe presumir la inocencia mientras no existan pruebas o
al menos indicios concluyentes, pero creo que uno no puede ser inocente o
incauto frente a semejante impostura.
Finalmente, todo esto
se basa en otra de la “geniales” leyes hechas por el anterior gobierno. Ya
sabemos cómo nos va.
Hector
Castro G. * 07 Septiembre 2020
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