lunes, 7 de septiembre de 2020

POR LA PLATA BAILA EL NUMERITO


Alguien puede garantizar la transparencia e idoneidad en el trabajo de las encuestadoras? Hay alguna autoridad que efectivamente fiscalice los procesos de encuesta y de manejo de los resultados? Podemos pensar que estas empresas tienen al menos un prestigio que poner en juego?

A diferencia del espectáculo montado por Unitel, propietaria circunstancial de “la verdad absoluta”, haré algunos comentarios en base a la información difundida como “oficial” durante el último mes, sin considerar ninguna distinción entre empresas encuestadoras, medios de comunicación o financiadores.

La encuesta publicada por Página Siete el pasado 18 de Agosto (realizada entre el 6 y el 11 de Agosto) mostraba un empate entre los dos primeros en 23%.

Cuatro semanas después, es decir, posterior a las movilizaciones masistas, el bloqueo del oxígeno, el escándalo por las denuncias de estupro y pedofilia de su jefe, etc. el candidato del Mas sube tres puntos y aparece con 26,2%. El segundo, Carlos Mesa, sin nada que destaque en pro o en contra, cae 6 puntos y aparece con 17,1%.

Tuto Quiroga, que ha tenido mucha presencia en las redes en el último mes, no ha recibido ataques directos de nadie, y se ha adelantado a los demás presentando planes de gobierno, baja de 3 a 2,5%. De cualquier forma, no creo que esos porcentajes reflejen ni de lejos su preferencia en el electorado.

Encuentro a mucha gente observando que la cantidad de personas encuestadas no sería la suficiente (alrededor de 2,300), pero entiendo que hay explicaciones técnicas que justifican ampliamente esta práctica. Lo que nadie dice es que toda la información publicada proviene del trabajo, bueno o malo, de una empresa que solo requiere estar inscrita en el Órgano Electoral para ser legal y autorizada.

Por la situación extraordinaria en el tema sanitario, ahora las encuestas son telefónicas. Extrañamente, y luego de múltiples observaciones efectuadas a la anterior encuesta, la de Mercados y Muestras para Página Siete, por el misterioso “padrón” telefónico que utilizaron, la reciente encuesta de CiesMori tampoco transparenta esa información.

He recibido por Whatsapp una encuesta realizada por medio de Google Forms, que tiene resultados completamente distintos. No tengo información sobre el responsable de la encuesta, el público al que llegó, ni el ámbito geográfico, por lo que podría ser poco confiable, pero no dista mucho de las que son publicadas oficialmente por los medios de comunicación. Si bien estas mencionan en su ficha técnica varios datos, no tengo ninguna certeza de que sean verídicos, y por los resultados me resulta muy fácil desconfiar de todo lo publicado.

Es lamentable que los bolivianos seamos tratados como un rebaño de seres ignorantes, que periodistas de prestigio se presten a analizar estas encuestas y crear opinión pública basada en nubes de humo, y que medios de comunicación que se suponen serios se dediquen al montaje de espectáculos más propios de la Tv basura que de la importancia y trascendencia que tiene esta información para el electorado.

Lo que es evidente es que hay un presupuesto muy grande para el espacio en televisión. Las empresas encuestadoras no tienen nada que perder, el efecto salvavidas que los resultados le dan al Mas en esta oportunidad, me llevan a pensar razonablemente que es un negocio de mucho dinero y ninguna ética. No soy afecto a acusar, ni siquiera sospechar sin fundamento. Soy un convencido de que se debe presumir la inocencia mientras no existan pruebas o al menos indicios concluyentes, pero creo que uno no puede ser inocente o incauto frente a semejante impostura.

 Finalmente, todo esto se basa en otra de la “geniales” leyes hechas por el anterior gobierno. Ya sabemos cómo nos va.

Hector Castro G. * 07 Septiembre 2020


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