domingo, 13 de septiembre de 2020

COCHABAMBAAAA…..YA SALEEEE…

La celebración de la efeméride cochabambina es distinta a la acostumbrada, pero más allá de la obviedad, no hablo de la pandemia ni de la nueva normalidad. Después de muchos años Cochabamba comienza a recuperar el motor de su sociedad civil.

La realidad nacional, profundamente politizada por el anterior gobierno que nos acostumbró a una permanente campaña política, además del asedio continuo a los opositores o a cualquiera que pudiera parecerlo, condujo inexorablemente a la virtual desaparición del Comité Cívico de Cochabamba.

Algunas buenas intenciones, y obviamente también algunos oportunismos, pretendieron sustentar la supervivencia de esta organización, y de alguna manera lo lograron. Su existencia tiene como condición esencial el ser genuina y legítima representante de los intereses de la cochabambinidad. Esta es la razón para que el camino de la desaparición sea más cercano que el camino de la sumisión política tan fácilmente aplicada en organizaciones de todo nivel por el gobierno del Mas.

Por primera vez en muchos años, la nueva realidad política y el aire democrático que respiramos como país, nos muestran que hay iniciativas institucionales para el desarrollo y el porvenir de la llajta. Se anuncian proyectos, se determinan prioridades, y se conforman comités impulsores que involucran a organizaciones de la población civil que cuentan con la debida legitimidad. Es reconfortante ver que se suman empresas privadas, gremios e instituciones educativas. Ojalá esta visión regional sea compartida por quienes aún no se sumaron. La unión hace la fuerza, no hay duda.

Surge siempre alguna susceptibilidad de que existan ingredientes político partidarios en cualquier iniciativa, pero debe tenerse presente que es normal que toda actividad colectiva tenga, por naturaleza, algún tipo de orientación ideológica, y no está mal.

La política y la concepción de la administración del estado son una consecuencia de la forma de pensar de los ciudadanos, de sus organizaciones y de la sociedad en general. No podemos creer que la conducción estatal, la del más alto nivel, tenga una especie de generación espontánea, aislada del liderazgo en cualquier otra instancia.

Será importante, en consecuencia, tener presente que los nuevos liderazgos, la renovación tan necesaria y demandada, seguramente tendrá en los liderazgos cívicos y de otra índole la generación de actores que forjaran sus habilidades y especialmente su prestigio con miras al futuro. Transcurrir el liderazgo sindical, cívico, gremial, etc. son parte de una carrera y no podemos censurar ni objetar que así sea. Por el contrario, como sociedad civil necesitamos el mejor nivel posible en nuestros lideres, por lo que debemos apoyar y respaldar todo lo que constituya desarrollo y crecimiento del elemento humano que está en esa carrera.

Nuestras instituciones y el futuro del país requieren de manera imprescindible, recuperar la ética y los valores morales que aseguren sostenibilidad en el tiempo, por medio de la confianza y el respaldo incondicional de la sociedad. La cara visible de las instituciones son quienes las dirigen, y en este sentido es necesario tener presente que forjar un futuro en la política desde las instituciones cívicas requiere gestiones impecables, inteligentes, libres de cuestionamientos, con convicción y firmeza en la ética y la transparencia.

Creo que como cochabambinos debemos celebrar el 14 de Septiembre con alegría y una actitud de optimismo hacia el futuro. Tenemos planes, tenemos gente, tenemos ganas, pero lo más importante es que tenemos objetivos.

 

Hector Castro G. * 13 Septiembre 2020

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