La vida, como se presenta día a día, nos obliga a respirar lo que hay. Nos obliga a digerir lo que se puede. Nos obliga a tragarnos lo que cualquier indigno impostor nos presente.
No creo que haya
muchos bolivianos conformes con lo que respiran, con lo que tienen que digerir,
o lo que nos dejan para consumir.
Bolivia es,
y siempre ha sido, un sentimiento de grandeza, de dignidad, de orgullo, y de
certeza de que tenemos la riqueza que nos permite soñar, confiados en que
tenemos tanto que no hay posibilidad de que ningún ignorante, ningún inmoral,
ningún títere o cualquier sumiso empleadito, como el que se dice presidente,
pueda quitarnos el privilegio de vivir decentemente.
La fábula de
las ranas hervidas en agua progresivamente calentada es increíblemente precisa.
Nos muestra como han podido, los maleantes del Cartel de Puebla, someternos a
sus antojos, a sus perversos sueños, y han enamorado el corazón de muchos
bolivianos, pobrecitos imbéciles, que se han tragado el discurso de “la defensa
de nuestros recursos”.
Tienen que
saber que los malditos gamonales, Patiño, Hoshild y Aramayo, pagaban 13% de su
cosecha. Los mineros que hacen negocios con los delincuentes del MAS pagan
solamente el 3%, además que contaminan los ríos con mercurio, descuidan colas y
relaves, matan el medio ambiente. Esto no significa que matan sabalitos en el
rio. Están matando a nuestros niños. En cinco o diez años podrán darse cuenta
del daño que han hecho estos malditos corruptos, cobijados por el masismo, por
ese falso discurso de inclusión, que mata a sus propios hijos, y que la
indiferencia del pueblo frente a los “dirigentes”, que hacen fortuna en base a
la ignorancia de su gente, está destruyendo completamente a los bolivianos.
No exagero.
Son niños, jóvenes y familias bolivianas, sin voz y sin poder de denunciar las
que sufren la maldad de unos cuantos desgraciados, que están lucrando de su
situación de poder delincuencial, más que político.
El parque
Madidi, Pilón Lajas, Guarayos, y toda la Chiquitania, el parque Amboró,
Kaa-Iya, el parque Noel Kempf Mercado, Tariquía, Otuquis, y hasta el parque
Tunari en Cochabamba, son los botines de unos cuantos criminales, cobijados por
“autoridades”, como el Ministro de Desarrollo Rural y Tierras, el vice Ministro
(ex Fiscal General del Estado, del gobierno del pederasta), el Director del
INRA, el Director de la Autoridad de Bosques y Tierras ABT, y finalmente
cualquier “entrepeneur” masista, que ejecuta el plan de avasallar territorio,
tomar tierras por la fuerza a título de “interculturales”, simplemente para
lucrar con la reventa, que finalmente es el plan del hermano de un ministro,
maldito desgraciado, cobarde e indigno, pero terriblemente rico, capaz de
comprar a toditito el poder judicial, sin siquiera sentir un huequito en su
bolsillo. Puede decir que se ha comprado una buena parte de Bolivia, y no
parece que vaya a asumir ninguna consecuencia.
El chiste de
gobierno lucha sin argumentos (salvo las estupideces del vocero Richter) por
postergar el censo, que tiene la obligación de cumplir, sin consensos ni nada
de lo que inventa rodeado de unos cuantos pelotuditos. La ley impone su
realización. Así de simple.
A
continuación voy a ser crudo, duro y hasta craso, pero no hay otra forma de
describir lo que sucede. Mucha gente ha sido penetrada por el masismo, por su
discurso populista, y debo usar una metáfora durísima, La penetración fue por
vía anal, que podría considerarse terrible por sí misma, pero no es así.
Las
consecuencias se dan en el profundo alcance del empalamiento, que ha alcanzado
a destruir la masa encefálica de mucha gente. Sí, así de duro, así de terrible,
así de complicado. Hay muchos que han sido despojados de la capacidad de
entender, de ver la realidad, de ser quienes fueron antes de ser “intervenidos”
cerebralmente, por vía rectal, pobrecitos. Nadie debería ser violado de esa
manera.
Los
bolivianos somos gente digna, somos orgullosos de nuestras raíces, tenemos una
sólida formación que entiende y defiende nuestra diversidad. Sin los discursos
perversos de los masistas, somos perfectamente inclusivos, somos amantes de
nuestra herencia.
¿Hay alguien
que crea que los cocaleros del Chapare son algún tipo de cultura especial? ¿Hay
alguien que crea que los aymaras son diferentes a cualquier boliviano, que no
es suya, llulla, o kjella?
Todos
sabemos que los Morales, los Choquehuanca, y especialmente el Tilín Arce, son
pinches impostores. Que Bolivia, la República de Bolivia, creada el 6 de agosto
de 1825, es muchísimo más grande que cualquiera de estos impostores. Sabemos
que su tiempo se termina, que no les queda mucho más por robar, y no tengo
ningún temor al escribir esto, porque tengo la verdad de mi lado, y no le temo
a ninguno de esos delincuentes, ni a sus baratos correligionarios.
Pueden
venir, pueden intentar lo que quieran. Mi Bolivia es mucho, muchísimo más que ustedes,
y aquí estoy, sin nada que perder, pero con mucho que ganar para millones de
bolivianos dignos y decentes. Recuperar la República es algo que vale más que
mi vida. Muerto puedo ganarles la batalla, y no tengo ningún temor.
Ven Tilín,
ven Richter, ven Lima, ven Morales, toditos son igualitos, cobardes, soy solo
yo. Me siguen 20 personas, y así soy mucho más que ustedes, pobres indecentes.
Tráguense mi
nombre y mi C.I.
“Saludos
cordiales”
Hector
Castro Garnica
CI. 3565898
Cbba
6 de agosto
de 2022
Viva BOLIVIA
!!!
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