La anterior
Constitución, la de 2004, ni siquiera menciona las atribuciones específicas del Vicepresidente de la Nación, más allá de
la presidencia nata del Congreso Nacional, remplazar al Presidente en caso de
ausencia temporal, y su participación en el concejo de ministros, sobreentendida
como una especie de enlace y coordinación entre los poderes ejecutivo y
legislativo, para mejor desempeño administrativo del gobierno de la nación.
Es muy
frecuente escuchar, al calor de la campaña electoral, que Carlos Mesa fue parte
del gobierno de Sánchez de Lozada y por tanto, corresponsable, mancomunado y
solidario, de todas las acciones de dicho gobierno. Sin embargo, nunca ocurrió
que el vicepresidente tenga una función trascendente, atribuciones
administrativas, y menos ejecutivas o poder de decisión en el ámbito del Poder Ejecutivo.
No fue una
característica circunscrita a Carlos Mesa, sino que cada vicepresidente que
ejerció durante el periodo democrático iniciado en 1982, tuvo que limitar sus
actividades a este rol, y ninguno mostró mayores aspiraciones.
Si hubo
alguna gestión destacada en este ámbito, fue correspondiente a la personalidad
y particularidades de cada vicepresidente:
Víctor Hugo
Cárdenas destacó por su aporte a la construcción de la democracia, impulsando
la creación del Tribunal Constitucional, la Defensoría del pueblo, el Consejo
de la judicatura, la incorporación de la
población indígena en las reformas constitucionales, etc.
Jorge Tuto
Quiroga, lejos, muy lejos de participar de un gobierno de facto, como
falsamente se relata, llevó adelante gestiones importantísimas en pos de la
reducción de la deuda externa del país, por medio de iniciativas
multilaterales, la iglesia católica, etc. También fue un personaje importante
en la política de reducción de cocales en la zona ilegal del trópico de
Cochabamba, compensando con 2,500 dólares por cada cato reducido, y apoyando la
reconversión con programas de asistencia técnica, apertura de mercados,
construcción de infraestructura, etc.
Los excelentísimos señores Presidentes de la
República, mantenían una imagen y una presencia que no dejaba lugar al segundo
mandatario. Entre la capacidad política, la preparación, y el ego de estos
personajes, era impensable que el Vice tenga la autoridad y el poder que
conocemos actualmente.
Una gestión trascendente e históricamente destacada fue la de Víctor Paz Estenssoro, la
del 21060, la de la famosa relocalización. Pocos recuerdan, y muchos no saben
quién fue el Vicepresidente.
Ya quisiera
Carlos Mesa haber tenido el poder de llevar adelante el 10 por ciento de lo que
hoy le atribuyen sus detractores, del oficialismo y de oposición.
Como
información complementaria, fueron vicepresidentes en este periodo democrático,
además de los citados arriba, Jaime Paz Zamora, Julio Garret Ayllón, y Luis
Ossio Sanjinés.
Hector Castro G. * 12 Sep 2019
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