martes, 10 de marzo de 2020

LA OTRA “BONANZA”


Una década extraordinaria para la economía de los países productores de materias primas, causada por la enorme demanda china. Entre 2006 y 2014 Bolivia multiplicó por 5 o 6 sus ingresos por exportaciones de gas, minerales y los llamados “commodities”.

Más allá de cifras y responsabilidades, es un hecho objetivo que esta única oportunidad para construir un país diferente, con la infraestructura necesaria para producir más que solo recursos naturales, y con la posibilidad de ser competitivos en todo momento, se ha desperdiciado.

La matriz productiva del país es la misma, y los pocos esfuerzos que se hicieron en industrialización han mostrado fracasos sistemáticos. Las inversiones se hicieron en base a consignas políticas, dejando de lado el análisis técnico imprescindible.

La gran oportunidad, única e irrepetible, fue desperdiciada y dilapidada.

A partir de octubre del año pasado la ciudadanía se fue involucrando poco a poco en el quehacer político del país. Sin considerar el color o el bando en que uno se encuentre, la actualidad política, económica y social forman parte importante del día a día de los bolivianos.

La participación ciudadana, impulsada por los cabildos, la movilización de 21 días, y las consecuencias de la huida del ex presidente, es extraordinaria. La juventud en general asumió un rol importantísimo, pese a que en apariencia era indiferente. Las redes sociales nos dan la posibilidad de ser participantes, y no solamente electores obligados como siempre había ocurrido.

Este nivel de participación y de interés de los ciudadanos es extraordinario. No ha existido antes, ni para terminar con las dictaduras militares, ni durante el periodo democrático entre 1982 y 2006.

Llama la atención que los periodistas y medios de comunicación, muchos analistas, y ni que decir de los políticos, no le dan ninguna importancia a este inusitado interés de la ciudadanía.

La campaña electoral es francamente mediocre. La ausencia de propuesta es tan evidente como la dependencia de las cuestionadas encuestas. Candidatos de “primera línea” que solamente aspiran a lograr participar de la segunda vuelta, y candidatos que solo buscan conformar alguna bancadita.

La práctica más utilizada es la de defenestrar al oponente, criticar la gestión de gobierno, reclamar el pasado o apuntar los errores de los demás.

Se está dilapidando otra oportunidad de oro. Es ahora que la ciudadanía necesita orientación e información objetiva. Es una coyuntura increíblemente valiosa para desarrollar una sociedad más madura políticamente, y asegurar de esa manera, una democracia sólida, sin votos consigna, sin violencia infundada, y con mejores perspectivas para el respeto de nuestras libertades y derechos.

Es responsabilidad de todos los formadores de opinión aprovechar el gran interés ciudadano para impartir conocimiento e información. Es bueno ver la coyuntura como una verdadera oportunidad para servir a la comunidad, a la sociedad y a la construcción de un mejor país.

Amplificar la guerra sucia o simplemente rellenar espacios con temas intrascendentes, cuando el país requiere urgentemente formación ciudadana para la democracia, es fallar como lo hicieron quienes despilfarraron los miles de millones sin transformar nuestra economía.

Que no nos agarre nunca más un régimen que logre cooptar todos los poderes, sea impunemente hegemónico, imponga normativas a la medida del rey, y todo ante la mirada pasiva de una ciudadanía que no sabe que todo esto ocurre, lo permite y consciente con su voto.

Tuvimos una década de libertad de expresión permanentemente amenazada, medios perseguidos, y periodistas silenciados, censurados, o sometidos. Hoy se vive en libertad irrestricta. Es hora de hacer lo que hay que hacer. Bolivia lo necesita.


Hector Castro G. * 10 Marzo 2020

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