Los últimos días vi varios comentarios en las redes sociales haciendo referencia al paro indefinido. Muchos piensan, y talvez con mucha razón, que la economía requiere del mayor esfuerzo para recuperarse del bajón causado por la pandemia, y el paro va en contra.
Hay quienes
afirman que no se puede vencer al MAS con paros, que se debe ganar elecciones.
También hay
muchos que necesitan trabajar cada día, para comer cada día.
Estoy seguro
que cada uno tiene razones particulares para oponerse a una medida que no
beneficia a nadie. Por eso el paro es un “mal”, lamentablemente necesario.
Pasados dos
años de la epopeya de los 21 días, y de la fuga del ex dictador Morales, la
agenda del Mas y de la transnacional que dicta su comportamiento, encuentra la
urgencia de establecer el marco legal y jurídico para someter a la población
civil, a la oposición política y finalmente a cualquier persona que
circunstancialmente sea contestataria al oficialismo.
El paquete
de leyes que aprueban entre gallos y medianoche, que no son objeto de debate o
de observación por el falsamente denominado “poder legislativo”, y que
simplemente son impuestas por el poder, muestran con claridad meridiana las
verdaderas intenciones y el trasfondo estratégico político. Que aseguren que
esa no es la intención es un simple intento de meter los dedos a la boca de los
bolivianos.
Urgencia, y
casi desesperación por consumar este nuevo régimen, Porque? Por que tienen la
certeza de que el pueblo boliviano no va a soportar mucho tiempo que el
gobierno se dedique a mentir y encontrar excusas, y no consiga realmente gobernar,
encontrar soluciones y mover el país hacia adelante.
El paro
cívico y de varios sectores podría parecer débil y poco exitoso. Sin duda
saldrán muchos voceros a remarcar este concepto, asegurando que es un fracaso.
Lo que debemos tener presente es que la lucha por la democracia solo tiene dos
caminos posibles, el primero es este, el camino pacífico, como fueron los 21
días, sin una sola bala disparada y presionando simplemente amarrando pititas
en las esquinas.
El otro
camino, el de la violencia, es el que buscan provocar, para desplegar todo el
aparato bélico que tienen montado hace varios años, financiado y preparado por
especialistas que vienen de las narco guerrillas y de servicios irregulares de
Cuba, Venezuela y México.
El paro
cívico no será un fracaso, será parte de un proceso. Necesitamos recuperar la
democracia y la dignidad del país.
Fracaso es
un gobierno que “celebrará” un año de gestión enfrentando protesta de la
mayoría de la población, y extorsionando a otra parte para que parezca que
tienen apoyo.
Necesitamos
trabajar, ganarnos la vida y salvar la economía, es cierto. Mucho temo que si
no tenemos una mirada clara y objetiva, no habrá vida que ganarnos ni economía
que salvar, y entonces será tarde.
A quien le
encargas tu futuro y el de tu familia? A los políticos? A los cívicos? A los
militares? A los policías? Allá tu !!!
Yo creo que
somos cada uno de nosotros los únicos responsables e indicados para velar el
futuro. Personalmente, yo prefiero seguir el camino pacífico, por que no sé
matar y no quiero aprender.
Hector
Castro * 05 Noviembre 2021
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