El sub secretario general de gobierno, Luis Arce, anoche se encargó de poner en evidencia algunos temas que se escondían en una nebulosa creada artificialmente por su equipo de creadores de artificios.
No tienen la
espalda política que creían tener. El cambio de al menos 4 comandantes
departamentales de policía es una clara señal del fracaso del ministro del área
y del comandante general. Se supone que ellos cooptaron los altos mandos y
sometieron a los oficiales y a la tropa en base a miedo y amenazas. No lo
lograron y sus supuestos cuadros comprometidos resultaron dignos y valientes.
La
inexplicable iniciativa de llevar a cabo una “parada militar” en Santa Cruz,
despilfarrando enorme cantidad de dinero que el estado no tiene, para terminar
en un teatro de cocina a últimas horas de la noche y ordenar el repliegue de 34
unidades del ejército no dice otra cosa que un verdadero motín, reservado y
contenido por supuesto, pero evidente para quien quiere tener un poquito de
objetividad y sentido común. Tampoco consiguieron doblegar a las fuerzas
armadas.
La “zona de
confort” de Luis Arce, detrás del secretario ejecutivo de la organización
meretriz de los trabajadores, y del dirigente de los trabajadores campesinos
masistas de Bolivia, es un lugar que deja muy poco margen de actuación. Se hizo
evidente, incluso para el ojo disciplinado y educado de su 40 % (Rosario
Baptista ya explicó dónde está ese 15 % falsificado), que no fueron parte de la
conferencia de prensa los sectores amenazados por la 1386.
Es necesario
recalcar que Luis Arce no tiene la competencia para abrogar nada (a propósito,
debemos tener presente que tampoco fue el autor, ni mucho menos, de esta u
otras leyes). El poder legislativo es quien tiene que tratar una ley de
abrogación (ese, el que es presidido por el otrito, el que ni siquiera hizo uso
de la palabra, aunque estaba presente), aprobar en comisión, referirla con
recomendaciones al pleno de la cámara de origen, aprobarla y derivar a la
cámara de revisión, donde necesariamente debe pasar por el mismo engorroso
proceso.
Podría
decidirse dispensación de trámites, pero la carta enviada por el funcionario
del otro edificio le pide específicamente que sea de acuerdo a procedimiento,
por lo que, de no mediar chanchullo, esto tardará una semana, si es que logran constituir
comisiones, que a la fecha no existen, y hay muchos requisitos reglamentarios que
no quiere observar la mayoría hipoencefálica con hiperplasia de miembros
superiores.
En resumen,
pienso que es el momento de poner en orden el país, y recuperar la democracia.
Es el tiempo de demandar que el gobierno, constitucional y vigente, se encargue
de ejecutar cuanto sea necesario para devolver las condiciones mínimas al país,
que garanticen la convivencia pacífica, el estado de derecho, el imperio de la
ley y las garantías democráticas que todos, masistas, pititas y cualquier otra
especie esperamos y demandamos.
Ha llegado
la hora de recuperar la patria. Es el momento de retornar al gobierno de leyes
y no de hombres. No más Evos, no más Camachos, no más Jeanines, no más nadie
que no salga de la voluntad popular, con la observancia y el respeto de la
constitución y las leyes.
Pienso que
el inútil que tenemos como presidente tiene la oportunidad de ser todo un
prócer, aunque no se dé cuenta ni entienda nada. Bolivia lo necesita.
Hector
Castro * 14 Noviembre 2021
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