jueves, 18 de marzo de 2021

LES MISERABLES

Escribo esto a sabiendas de que el 55% de las personas seguramente no estarán de acuerdo. La mitad de ellos ni siquiera sabrán porque, y la otra mitad no se manifestarán, pues en su escala de valores no figura la dignidad, la hidalguía o la decencia. Manifiestan su punto de vista solamente dentro de un recinto en que esté consagrado su derecho al secreto. De otra forma mimetizan su pensamiento con lo que digan los demás, y terminan montando el show en sus redes sociales.

Hasta cierto punto es comprensible. Imagino que debe ser muy difícil afrontar la vergüenza de apoyar públicamente la corrupción, el abuso, el irrespeto a las leyes, y especialmente a la moral y las buenas costumbres de la sociedad. Esto explica  muy bien los resultados electorales, y no me refiero a los últimos comicios, sino a todos desde 2005.

En todo caso, más allá de la vergüenza, cada uno es libre de elegir, de comentar, de escribir o de expresarse. Un candidato a la alcaldía de Sucre, sin pelos en la lengua, utilizó un calificativo bastante fuerte. No lo culpo, y creo que en muchos casos tiene razón.

Pienso que quienes operan y deforman la justicia, por ejemplo en el caso de la ex Presidente Jeanine Añez, son miserables. No se trata de afectos o desafectos, está claro que no buscan justicia, y aunque sean conocedores de los procedimientos, deciden no seguirlos, solamente para humillar a esta digna señora. Miserables digo, por que el diccionario me dice que es sinónimo de desdichado, infeliz, mezquino, perverso, abyecto y, además, canalla. No quiero cometer errores o imprecisiones. Creo que hasta aquí “miserable” es el término adecuado.

Cualquier gestión pública requiere ser revisada, auditada y, en su caso, juzgada. Por supuesto que sí. Cuál es la necesidad de hacerlo por fuera de la normativa?

No necesito precisar la cantidad de irregularidades e incorrecciones cometidas, por que además de aburrir al lector, no soy experto en el tema. Lo que sí soy es ciudadano boliviano. Tengo los conocimientos y la lucidez suficientes para saber que en Octubre 2019 me robaron mi voto, salí a protestar, y fuimos millones. El dictador se asustó, llorando se fue, y Bolivia siguió adelante.

Hoy veo que algunos inescrupulosos, potencialmente delincuentes, se ponen al servicio de quien los dejó. En algunos casos sacrificando todo lo que consiguieron en su vida, pues, deberían saberlo, exitosos o no, es lo último que podrán hacer. Es el legado que dejan a sus hijos, y es el uso que le dan al apellido de sus padres.

Está demostrado que para la bajeza no hay límites, pueden ser más bajos cada día, pero también deben saber que así sigan en su “cruzada” por humillar, la dignidad de la ex Presidenta está intacta. Son los miserables los que se pintan solos, ella sigue ahí, y estará mucho más. Ustedes no. Ya vendieron su prestigio, valores y lealtad, pero no compraron nada, así que nada les queda.

“Lo peor de los débiles es que necesitan humillar a otros para sentirse fuertes”  ______(Candidman)

 

Hector Castro G. * 18 Marzo 2021

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