Ayer u hoy, mi secretaria, mi Facebook, ese que me recuerda que hay personas que cumplen años, que celebran fechas especiales, que normalmente serían absolutamente intrascendentes para cada uno de nosotros, me ha hecho pensar en esas personas.
Cada una
representa alguna cualidad humana, muchas son muestras de dignidad y solidez, y
hay otras que decidieron venderse a la impostura del gobierno narco-socialista
(encontrarán el status que buscaban en la fila para el infierno, por haber sido
perversos y torpes con sus compatriotas, los que solo querían vivir en paz).
Los
bolivianos somos gente buena. Sabemos aceptar y entender nuestras diferencias y
la riqueza que nos regala nuestra diversidad.
Collas
relamiéndose por ese delicioso majau batido de pato, cambas disfrutando de las “k´aras”
vallegrandinas, y cruceñazos babeando por el delicioso lapping de don Celso.
Así somos los bolivianos. Disfrutamos de nuestra diversidad,
de conocernos y crecer como bolivianos, como riquísimamente distintos, como
amigos, como he sido bendecido de ser amigo del Churrascoterapia @https://www.facebook.com/walter.cortez.3194,
mi amigo querido @https://www.facebook.com/alberto.roda.353, y otros valiosos
seres humanos, bolivianos que entienden de riqueza, de valía y de lo que
realmente importa, más allá de nuestro origen.
Christian Urresti fue a defender a su padre. Como lo haríamos
todos, pero fue asesinado por los masistas, SÍ masistas, solamente por ser
masistas. Son 15 años de impunidad, no hay nadie imputado, y es la máxima
expresión de la sumisión del Poder Judicial. El dirigente de los regantes fue
quien lideró el grupo que atacó la Clínica Aranjuez, en la calle Baptista, que capturó
a un muchacho que solo defendía a su padre, y terminó entregando su vida.
Maldito Omar Fernandez, que hiciste desaparecer los videos que te inculpan. Maldito
maricón de mierda Chaly Terceros, que tienes suerte de haberte integrado al
grupo de pescadores después de mi época. Conmigo en el río Ichilo o el río 24, estarías
ahogado. Te lo digo con mi nombre y apellido, cobarde de mierda!!!
Soy orureño, orgulloso de mi origen. Soy colla, y soy la
demostración de que los bolivianos somos ricos y bendecidos porque podemos
cantar “Niña camba” y “ Viva Santa cruz”, de autoría orureña, con la convicción
y alegría de ser bolivianos, sin regionalismos separatistas, y más bien con el
invencible y dignísimo orgullo de ser bolivianos, lejos, muy lejos del cojudo e
impostor discurso “plurinacional”. Viva Bolivia, carajo!!!
Somos bolivianos
dignos, valiosos y valientes. Entendemos nuestra patria como una inmensa
riqueza en recursos naturales, en capital humano, y en una promesa de riqueza y
oportunidad.
La realidad mundial demanda más riqueza intelectual, de
conocimiento, de innovación, y se aleja de las consignas izquierdistas de los
años 70 y del guitarrerito, mediocre, ignorante, patético, inepto y meritoriamente
llamado “inutilín” que hace de presidente. Su puto unicornio azul no sirve de
maldita cosa. (Mala noticia para cocodrilos, tocinos, gastinez y otras alimañas
que viven de la impostura). Vayan a ver si sus patéticos relatos dejan algo de
valor a sus hijos (pobres criaturas, hijas de la maldad).
Bolivia es un país rico, digno, diverso y respetuoso del
significado de su diversidad. No hay espacio para maleantes que cobren por ser
destructivos, que se presten a agredir a la gente que genuinamente protesta por
lo que entiende que es su derecho. Cobrar un sueldo dura un mes, pero agredir a
un inocente boliviano, anciano, mujer o niño, va a quedar en su consciencia
para siempre. No lloren en las puertas del infierno, llegará el momento en que
su papi Evo no va a salvarles de sufrir por su perversidad. Así nomás es. Lo
saben y no hay nada ni nadie que pueda salvarles. Ustedes buscan ese destino. Aguántense
como hombres, CARAJO!!!
Cada quien define su destino, y decide si se vende por un plato
de lentejas o lucha por el futuro de sus hijos. Cada uno decide si prefiere
quedarse calladito, “prudente” (opa o cobarde)”, o si tiene la dignidad de
luchar dignamente por sus convicciones, por el futuro de Bolivia, por el futuro
de sus hijos y nietos. No hay que ser violento. Solamente hay que mostrar
convicción, fuerza y determinación. Esto va elevado a su máxima expresión para
los tibios como la vergüenza de Carlos Mesa (que sus valiosos padres sufren en
el más allá).
Ser decente no significa ser sumiso. Es mostrar determinación
por tus propias convicciones, ser enérgico y buscar el bien común a toda costa.
Soy Héctor Castro Garnica, lo saben quiénes me leen. Y voy a
dar todo, hasta mi vida, para defender la libertad de mi hijo, de los
bolivianos y de quienes crean que la república de Bolivia es grande, digna,
viable, y tiene futuro más allá de la impostura socialista y plurinacional.
Tú, que prefieres votar por el MAS, pero te haces al opositor
en el Facebook, que te da vergüenza decirlo, eres otro culpable de lo que
ocurre. Deja de ser otro cobarde impostor. El fraude no te necesita, pero
Bolivia sí. Pelotudo!!!
Hector Castro G. * 13 enero 2022
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